viernes, 27 de julio de 2012

El Resplandor

De Stephen King solamente conocía las películas basadas en sus obras, y casi nada escrito. Pero al leer El Resplandor me he llevado una agradable sorpresa.
Sí, es un escritor muy comercial. Sí, su obra no tiene grandes dilemas humanos, ni se preocupa por las cuestiones fundamentales como la libertad, el humanismo, el pensamiento. Pero sí es un grato reflejo de su tiempo, de la sociedad desde la cual se articular y de la cultura que acoge sus obras con tanta naturalidad que no puede evitar verse reflejada, en cuanto a sus miedos, mitos y leyendas, magnificados a través de la lente de un experto escritor de terror y misterio.
La obra El Resplandor afortunadamente dista de la versión de Kubrick en varias cosas. No es posible descalificar la versión fílmica, pero sí aclarar que ésta se trata sólo de una interpretación. Muy buena, excelente, pero que sin la novela, queda un tanto incompleta al ser vista y entendida por el espectador.
Por ejemplo, en la película, Jack comienza a adquirir una especie de mal de montaña, que, aunado al hecho de que el hotel está extrañamente embrujado, lo vuelve loco y lo impulsa a asesinar a su familia.
Pero en la novela, no es un mal de montaña. Es toda una posesión, desde la cual, Jack comienza a ser dominado nada más ni nada menos que por el hotel mismo, que no está embrujado, sino más bien, "personalizado", es decir, el ente maligno es el hotel, y sus fantasmas son solamente sus presas.
Y el resplandor es la capacidad poderosa de Danny para ver cosas que otros no pueden. Interesante el ejercicio de traducción que se ha hecho al español. El resplandor y esplender. Resplandecer y esplendor en nuestra lengua son otra cosa, tiene otra connotación. Por eso no podían ser usados estos términos.
Más interesante es el contraste de las actuaciones y los personajes. Sí pude ver a Jack Nicholson como Jack Torrance, pero Wendy... cualquier que se anime a abrir este libro de 600 páginas lo verá enseguida...
En efecto, el libro es largo, pero es muy entretenido, es una lectura recomendable para un viaje, una semana de descanso, pero no para las noches antes de dormir porque lo mantendrá a uno despierto hasta que no se pueda más, ocasionando severos desvelos.
Finalmente, hay que insistir, para los que digan que la obra de Stephen King es demasiado comercial, que, en realidad, no podría ser de otro modo. Se trata de un escritor estadounidense, proveniente de una cultura de consumo, y por lo tanto, un escritor de esta nacionalidad, que provenga del siglo XX y tenga que mantenerse así en el XXI tendrá que ser, forzosamente, comercial. Claro que sí, insisto, es norteamericano y su obra también lo es. Además, el éxito de su obra está precisamente en retomar los miedos y leyendas urbanas que conforman la cultura americana, junto con las formas de ser de las familias y personas en este país, y plasmarlos en su obra. Es un producto neto de su época y su cultura y por lo tanto es valioso. Incluso, si se aprende a leer entre líneas, se podrán apreciar críticas interesantes a la forma de ser, vivir y creer de los norteamericanos. Jack, de por sí es oscuro. Wendy tiene sus propios traumas. El hotel, en Chicago, fue cueva de ladrones y asesinos. No hace falta ser tan genio para ver traslucir cierta reflexión, a manera de lugares comunes y clichés literarios, en el corazón de las tramas del autor, pero es precisamente este carácter de crítica de maniquí, siempre estática, la que ensambla el carácter de la crítica occidental.

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