martes, 25 de mayo de 2010

Rogar por calificación: síntoma de la irresponsabilidad

En muchas ocasiones, desde que me dedico a dar clases, he tenido alumnos que llegan a suplicar por una calificación, que, la mayoría de las veces, no merecen. ¿Qué acaso no tienen dignidad? ¿Acaso no es posible que parte de la formación en las escuelas debiera incluir la toma de responsabilidad de las personas con respecto a sus acciones?
Pues claro que así debería ser. Regalar décimas en la calificación final, merced a un ruego o súplica es, o debería ser considerado, como una actitud antiética por parte, tanto del docente como del alumno.
Pero por alguna razón, esto no está considerado en los códigos éticos de ningún lugar. ¿Por qué? Pues merced a la compasión y al criterio del docente que es quien decide si otorgar la calificación justa o un "regalo" de algunas décimas más.
Claro que en ocasiones, como estrategia pudiera ser válido organizar dinámicas en clase gracias a las cuales se puede obtener décimas extra de calificación. Pero en esto se infiere que se debe hacer alguna clase de actividad para ganar calificación extra.
Sin embargo, ¿cuántos alumnos suplican por décimas, por volver a hacer el trabajo que tanto les ha bajado la calificación o por aprobar sin haber hecho nada para lograrlo? En esto, la necesidad de una formación integral es patente, pues la formación humana, valoral y en cuestiones de autoestima, son las áreas que inciden en la adquisición de responsabilidad, valor personal y respeto por lo que uno hace y por lo que hacen los demás.