viernes, 27 de julio de 2012

El Atentado

...de Harry Mulish, escritor holandés muy reconocido, esta obra "hace juego" con El Extranjero y la Metamorfosis. Pero si se los diera a leer en un mismo semestre a mis alumnos, tendría que ayudarles a entender el conflicto de sentido de vida que se plantea en cada uno.
El absurdo se yergue en esta historia como una risotada en plena cara cuando Anton, el protagonista, consigue por fin terminar de armar todas las piezas del rompecabezas que se dispersó la noche en que el comisionado de policía fue asesinado cerca de su casa y el cadáver, movido por unos vecinos, justo frente a su vivienda. Esto originó que los nazis mataran a su padre, madre y hermano, e incendiaran su casa. Anton, de 12 años en ese entonces, es puesto por una noche en una prisión totalmente oscura donde conoce a una mujer que le brinda un poco de consuelo en esa noche confusa y aterradora. Al salir de ahí, Anton va a vivir con sus tíos y crece mientras una costra emocional se forma sobre los recuerdos de esa noche, sin embargo, la herida no acaba de sanar. Se reabre múltiples veces cuando comienza a saber quiénes, cómo y porqué mataron al comisionado, porqué el cadáver fue movido frente a su casa y no frente a la de los vecinos, quién era la mujer en la prisión oscura y qué intervención tuvo en el asunto y en el resto de su vida. lo único que le queda a Anton es entender cómo se articularon los hechos, perdonar y seguir, sacudiéndose las cenizas.
La obra es excelente, al igual que el absurdo se plasma en El Extranjero cuando son el calor y el reflejo del sol los que impulsan al protagonista a jalar el gatillo, son "los lagartos" los que, de cierta forma, detonan parte de la acción que hará que la familia de Anton sea asesinada.
Esta es una lectura muy valiosa, que además, contiene varias reflexiones de la misma medida. Por ejemplo, está la conversación de Truus Costner sostiene con Anton cuando le dice que es más fácil ser malo que bueno, pues los malos solamente son como son, desalmados, y las cosas que hacen van en consonancia. Pero ser bueno, y combatir a los malos, exige ser, un instante, un poco como ellos, pero hay que saber encontrar el equilibrio, porque si los buenos comienzan a hacer exactamente lo mismo que aquellos a los que combaten, entonces habrán perdido la batalla porque se habrán convertido en malos también.
O cómo los judíos encerrados en casa de sus vecinos habían salvado la vida a éstos, sin saberlo. ¿Quién vive y quién muere? De la misma forma, si murieron los padres de Anton como víctimas inocentes, entonces ¿qué medida guarda el hijo de Ploeg para la muerte de su padre?
Y claro, ¿cómo se articulan los hechos para que las cosas pasen de cierta manera? Es el dilema de la mariposa que bate sus alas y provoca una tormenta en otro sitio, lejano. Cuando las piezas del rompecabezas encajan, entonces es posible mirar que la culpa... quizá no la tiene nadie. O todos. O alguien que ya está muy lejano al inicio de la culpa en realidad. ¿Quién dio el primer golpe?
La obra está ensamblada a partir de encuentros incidentales pero significativos, que van desarticulando la ansiedad y la angustia, y así finalmente el sentido de vida queda expuesto.

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