lunes, 28 de diciembre de 2009

Ciencia ficción: visionaria del futuro, crítica del presente.

¿Que cuál es la labor o la misión de la literatura? Depende del género literario del que se esté hablando, pero en el caso de la ciencia ficción, es innegable que, echando un vistazo al presente y a las progresiones del pasado, se puede anunciar un futuro cuyos horrores o ventajas no son más que críticas a la actualidad, previsiones para un mañana y llamadas de atención fincadas en hechos del pasado. No es un género que solamente se lea para imaginar o divertirse.
Por ejemplo, mucho se ha hablado, con gran admiración, de la obra de Julio Verne, desde varias perspectivas. Se menciona, primero que nada, la gran imaginación del autor que lo llevó a vislumbrar un horizonte inexistente aún, pero posible. Esto, aunado a una serie de tramas emocionantes y a personajes complejos. Y claro, se habla de sus predicciones en el campo de la ciencia y la tecnología. Es impresionante que alguien, a muchos años de distanci de que el hecho en verdad ocurriera, pudiera ser capaz de aventurar una novela de ficción donde se relatan cosas, hechos y datos que años después fueron realidad.
Sin embargo, hay que recordar que no fue Verne, claro, el primero en pensar en una máquina submarina que pudiera navegar a gran velocidad en las profundidades del mar. En realidad, desde tiempos muy antiguos ya existía la idea del submarino. Por ejemplo, Da Vinci ya tenía en la cabeza una idea, la cual transformó en boceto, acerca de un aparato que pudiera navegar bajoo el agua. Igual que con muchos de sus inventos, esta novedad no pasó de ser un boceto y así se quedó hasta que otros genios continuaron con la ocurrencia, genios como Drebbel o Borelli, que prácticamente intentaron poner la idea en práctica. Pero sigue siendo sorprendente que Verne haya sido, si no profeta, al menos vocero de todos aquellos que soñaban con volar, viajar al espacio exterior, navegar bajo el agua y más.
Así, la literatura siempre es vocera de los sueños de las personas. Y también de sus pesadillas. Mary Shelley, en Frankenstein, describe el horror de ponerse a jugar a Dios, dando vida de una manera distinta a la que la naturaleza provee. Con este hecho lo único que pueden sobrevenir son tragedias. Pero el texto en realidad rememora las antiguas aspiraciones de los alquimistas que buscaban la piedra filosofal que daba vida o proporcionaba la posibilidad de la longevidad ilimitada. Se remite a aquellos que decían haber creado al homúnculo. Y se habla, finalmente, de una promesa más: de la posibilidad de trasplantar órganos de una persona que ya murió. Ignoro realmente si en la época de Shellley ya había estudios médicos y científicos que precognizaran que esto podría ser posible, pero como sea, la obra es casi profética en ese sentido.
Lo mismo puede afirmarse de la obra de otros autores. Para terror mío, pienso eso de obras como la de Huxley. Un Mundo Feliz podría estar a la vuelta de la esquina en las clases sociales y la distinción, si no de colores en la ropa, sí de marcas de ella. También está en los efectos especiales de las películas, que cada vez son más complejos; en los videojuegos que son cada vez más reales y alienantes; en la producción masiva de absolutamente todo, incluso de contenidos educativos; en la insensibilidad social; en la ignorancia de la gente por la cultura y más que nada, en la clonación.
Siguiendo por este camino, las obras de Asimov ¿contienen alguna significación más allá de solamente la creatividad y genialidad de la obra en sí? ¿Profetizan algo? ¿Simbolizan algo?
Si así fuera, sería entonces necesario, más que nunca, que las personas revaloraran las humanidades, pues solamente con la protección de las ideas, la filosofía y el pensamiento el hombre puede seguir siendo tal, y no el esclavo o la mascota de las máquinas.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Despenalizar el aborto para vivir otra oportunidad.


Las conversaciones en torno a las partes macabras de la vida suelen ser las que dan más placer a los que gozan de la sobremesa, de una tarde de café o de una nocturna desvelada con consumo controlado de alcohol. Estas historias siempre versan sobre temas diversos: corrupción, drogas, noticias rojas, política y en ocasiones, los participantes discuten y polemizan sobre temas sociales o de índole moral, como la eutanasia o el aborto. Y se suele hablar basándose en creencias personales, información de internet, televisión, o educación familiar. A veces alguien decide contar su historia. O mejor, la de un amigo, primo o conocido. En mi caso, yo he sido testigo de varias historias truculentas que, a unos años de haber ocurrido, son tema de conversación que invariablemente gustan a los comensales o participantes de una reunión.
Absolutamente todas mis experiencia, sin importar qué tan negativas sean, me han dejado, afortunadamente para mí, una enseñanza. Sería una lástima si así no fuera. Pero una de ellas en particular me sirvió para hacerme de un criterio inquebrantable, sólido y firme, que no temo expresar frente a otros, con la plena convicción y argumento de que, desde la historia que yo cuento, es razonable.
Se trata del tema del aborto. En particular, de la legalización del aborto. Hace unos años, cuando éste se legalizó en el D.F., creí ver un avance, no sólo en materia de legislación, también en cuanto a  la libertad de ser, de expresarse y de actuar de las mujeres, sin el prejuicio de los hombres, cosa que, aún en pleno siglo XXI, sigue obstaculizando el avance del sexo femenino, y con eso, el del país. No es que abortar sea un derecho inalienable de las mujeres, se trata más bien de su derecho privativo a decidir, a pensar y a opinar. Hablar del aborto sólo es una pequeña parte de la discusión acerca de los términos de igualdad entre sexos, igualdad que debe ser aclarada y establecida desde las características psicobiogenéticas de las personas.
Así, continuando con la conversación, la experiencia que me hizo pensar acerca del derecho a elegir sobre el rumbo de la vida de una misma, con seguridad y sin riesgos, es la siguiente:
Cuando estudiaba mi licenciatura en la universidad, llevé una de esas materias de Metodología de la Investigación que siempre resultan un tanto tediosas para muchos estudiantes. Decidida a que no me pasara eso, elegí un tema que tuviera la opción de enseñarme cosas sobre la vida al mismo tiempo que me ofrecía la oportunidad de revisar un tema socialmente escabroso y sus aspectos morbosos, pero con el pretexto de ser vistos desde un punto de vista más académico.
Obviamente, elegí el aborto. Primero, exploré en libros, revistas, opiniones en el entorno, y luego, me lancé a buscar la realidad. Decidí ir, tanto con médicos como con empiristas, explorando, debo reconocerlo, un tanto a ciegas entre mitos urbanos y escolares, aprendidos desde la preparatoria. Entre estos mitos en particular, está aquel que dice que la canela es una especia tan “caliente” que es capaz de hacer bajar la regla de una mujer a la que se le ha retrasado, o inclusive, de provocar el aborto, me imagino que bajo ciertas circunstancias de salud particulares.
Así que decidí comenzar por ahí. Fui al mercado, a la parte de atrás donde están las yerberas, en esa parte de los mercados donde todo luce mucho menos colorido que en la sección de fruta y flores, menos alumbrado que en la sección de comida y menos a la luz pública que la sección de Cd’s piratas. Me acerqué a una yerbera y la conversación que sostuvimos fue más o menos así:
-Buenos días
-Buenos días
-Disculpe, ¿tienen canela?
-Ajá –acto seguido, la mujer se dispuso a buscar mi pedido, cuando algo instintivo la detuvo, volteó a verme, y preguntó: -¿Solamente canela? –Yo estaba muy joven, tenía alrededor de 20 años, y representaba todavía menos edad. Me imagino lo que pensó, y eso debido a que seguramente las clientes jóvenes como yo eran más o menos frecuentes.
-No –dije –creo que hay algo así como un té con canela y ruda.
-Ah, espérame. –La señora pareció comprender alguna clase de código secreto, pues inmediatamente envió a su esposo, que estaba sentado ahí mismo viendo la televisión, una de esas pequeñas, que seguramente tienen alrededor de 15 años o más de funcionar, a hacer alguna tarea irrelevante.
Una vez que aquel se fue, la señora me dijo algo así como: -¿quieres un té para el “desempance”?. Le respondí que sí, me imaginé lo que desempance significaría, y entonces la yerbera tomó cerca de 15 ingredientes distintos, entre los que había, sí, canela, ruda y quién sabe qué más, no supe ni pude reconocer el resto de los componentes del té. Me cobró 50 pesos y me dio las siguientes instrucciones:
-Pon esto –refiriéndose al hato de hierbas- a hervir en una olla grande, cuando se haya enfriado un poco, te lo tomas, pero no dejes que se enfríe mucho, porque te lo tienes que tomar muy caliente, sólo ten cuidado de no quemarte. Guardas lo que te sobre en el refrigerador y te lo vas tomando poco a poco, tres veces durante tres o cuatro días. Si al cuarto día todavía no te baja, ven de nuevo y te doy unas pastillas. Pero ya ves que hay mujeres que son “muy duras de matriz”, entonces, si no te baja, vienes de nuevo y te pongo una inyección.
Luego de escuchar esto y de haber pagado, me fui. Obviamente, mi investigación no llegó al extremo de averiguar qué pasaría al ingerir el té hecho con las hierbas en cuestión. De hecho, ni siquiera averigüé cuáles eran los nombres de los ingredientes que yo no conocía. Lo único que me interesó extraer de esto, junto con los datos sacados de la bibliografía que logré reunir,  es la convicción de que, de no legalizarse la práctica del aborto, cientos de mujeres preocupadas y atemorizadas, seguirían acudiendo a la clandestinidad, consumiendo un líquido hecho con quién sabe qué hierbas, tomando quién sabe qué clase de pastillas y dejándose poner una inyección de quién sabe qué, sin conocer las posibles consecuencias, riesgos y repercusiones.
Por supuesto, no hay riesgos ni responsabilidad para las personas que ofrecen estos productos, tampoco hay conciencia ética ni mucho menos, estudios ni entrenamiento que pueda librar a las mujeres que abortan, que sí corren muchos riesgos, de peligros, secuelas o muerte. La misma situación se repite en clínicas clandestinas, con pseudo-médicos o médicos faltos de responsabilidad. Abortar será siempre, para las mujeres que eligen hacerlo, una situación que provoca miedo, angustia y en demasiadas ocasiones, les descubre su soledad. No debería, aunado a esto, haber riesgos innecesarios.
Es por eso que, al legalizar el aborto, se está ofreciendo a las mujeres que decidan o necesiten hacerlo, la seguridad de que no morirán desangradas en una mesa de quirófano en una clínica clandestina, de que la anestesia aplicada por un falso especialista no las dormirá para siempre; de que no se van a intoxicar ingiriendo alguna sustancia desconocida y de que no quedarán estériles para el resto de sus vidas.
Legalizar el aborto no significa que el hecho de abortar esté bien o mal. No significa que todas las mujeres podrán hacerlo indiscriminadamente. La responsabilidad personal sigue ahí, la decisión seguirá siendo difícil y el tabú social no se va a acabar. Pero una parte del miedo y del riesgo real tal vez se vayan.


viernes, 11 de diciembre de 2009

Por favor ¡no uses piel de chinchilla!

Las chinchillas son unos hermosos animalitos, son del tamaño de un cuyo adulto, quizá un poco más grandes. Tienen el pelo suave y sedoso y son tiernas como un abrazo. Visita esta liga. Es una hermosa página dedicada a estos bellos animales: La Chinchilla
Tengo una chinchilla. Su nombre es Britany. Es cariñosa, dulce y suave. Es increíble que las personas las usen para abrigos o para arrancarles la piel por culpa de una vanidad absurda. Y más, en la época del peluche sintético. Es decir, en la época del Cromagnón, cuando la gente no tenía telas con las cuales cubrirse, usar las pieles de los animales tenía justificación. Pero en la actualidad, usar piel de conejo, chinchilla, zorro, armiño, foca o cualquier similar, no tiene razón de ser.
Además, la moda de las pieles está obsoleta. Solamente Cruela de Vil las sigue usando.
Otra razón para despreciar el uso de pieles de animales requiere un poco de sensibilidad. Ejemplo: Mi chinchilla levanta la cabeza cuando me ve entrar a su cuarto. Me mira con sus ojitos negros y redondos y brinca de alegría dentro de su jaula cuando me acerco. Por las noches, la escucho correr en su rueda de juegos, pues es un animal nocturno. La oigo comer sus semillas de girasol, lame mi mano dulcemente cuando le doy azucar, se come su comida especial para chinchillas, y todo en silencio. E igual de silencioso es el cariño que me da. En el día, trepa a su hamaca y toma una siesta. Y yo jamás le haría daño, porque no es posible que alguien acepte ver morir o saber que se asesina a un animal tan bello solamente por un capricho.
Britany se baña en marmolina, un polvo especial que mantiene su pelo limpio y saludable. ¿Por qué la gente querría usar la piel de un animal que se baña con polvo?
Son animales tan delicados, juguetones, dulces y amables. No tiene garras o zarpas, ni dientes filosos, igual que otros animales. Incluso, Britany acepta que la meta en un bolso para cachorros y que la lleve conmigo a todos lados, como un perrito chihuahua. Le encanta pasear y se divierte saliendo a la calle.
Es mejor que un conejo, porque no crece demasiado. Además, los conejos muerden, y en ocasiones, huelen muy mal. Britany es un animal muy limpio.
Así que por favor, si llegas a ver este mensaje, no compres NADA que esté hecho de piel de Chinchilla. Ni de conejo, ni de zorro. Te verás igual de ridículo que Cruela y serás más malo que ella. Mejor, adopta una mascota, y tendrás más satisfacciones que si la tuvieras muerta. No te eches un cadáver encima.

Los tres pelos del diablo... en México

A punto del bicentenario de la Independencia de México, y cerca del aniversario número 100 de la Revolución, hay muchas cosas en las que pensar.
Por principio de cuentas, los analistas abordan el tema del avance y retroceso de México en cuestión de trabajo, empleo, gasto público, derechos humanos, etc. Al hacer un comparativo, es imposible dejar de preguntar: ¿Cuáles son los triunfos perdidos de la Revolución Mexicana? ¿cuáles siguen vigentes? ¿a cuáles se ha lacerado más en los últimos años? En particular, ¿cuáles son los problemas que, a pesar de transcurridos tantos años, siguen molestando a los habitantes de este país? o peor aún ¿cuáles son los problemas que los mexicanos son incapaces de superar aún?
Visto así el panorama, cabe enumerar los tres grandes problemas que aquejan a la nación y de los cuales se desprenden muchos otros:
1. La falta de identidad. Esto implica que el mexicano, al no saber entenderse a sí mismo como heredero de 2 o 3 culturas a la vez (prehispánica, española, árabe)es incapaz de entender su lugar como nación entre las otras naciones. Claro, es una tarea difícil entender tanta multietnicidad, pues junto con la cultura heredada de los náhuas, la del resto de los grupos étnicos de la nación es también parte fundamental del imaginario del país. Desde los desconocidos olmecas, de los que tan poco se sabe, hasta los misteriosos mayas, que abandonaron sus ciudades a merced de la selva, pasando por los teotihuacanos, los xicalancas, los toltecas, los tlaxcaltecas, y tantos grupos más, cuya multiculturalidad es tan difícil de entender. Cuanto más que los cursos de Historia de primaria son impartidos por maestros que tampoco entienden estas cuestiones.
Junto con esta multietnicidad prehispánica, está la que trajeron consigo los españoles. De Madrid, Barcelona, Extremadura, o incluso Flandes y demás, los españoles trajeron un sinnúmero de tradiciones nuevas, de impacto unas, de choque otras, pero igual de variadas que las que ya había acá. Y por si fuera poco, hace no muchos años se empezó a reconocer que la cultura árabe, a través de su influencia en España, había dejado su hulla también en lo que ahora se intenta configurar como la cultura nacional.
Pero por sí sola, la falta de identidad no genera más que el desajuste frente a otras naciones. El problema real es que el mexicano, al no saberse identificar ni entender como tal, adopta modelos extranjeros en la búsqueda por la pertenencia a su entorno internacional. Así, ha adoptado la forma de ser y de vivir de los españoles durante el virreinato. Luego, pasado el breve énfasis en la cultura nacional prehispánica que sobrevino inmediatamente después de la independencia, el enamoramiento por la cultura europea le trajo a México un emperador. Y luego, durante el Porfiriato, la moda francesa. Ahora, está de más decirlo, y desde hace muchos años, la cultura estadounidense se ha entrometido en todos los aspectos de la vida nacional, pese a que este modelo, se ha comprobado, ni siquiera les esta funcionando ya, del todo, a los mismos estadounidenses.
2. El segundo problema del mexicano es la falta de memoria histórica. ¿Que para qué sirven las clases de Historia? preguntan muchos estudiantes, hartos de fechas, nombres y datos que ya pasaron? Pues la respuesta es obvia. El ciclo de lo que pasó hace 200 años, se repitió, bajo circunsatancias un tanto distintas, durante la Guerra de Reforma, y luego otra vez durante la REvolución, y de nuevo en el conflicto del 69. Y muchas veces más. La gente olvida fácil en México. Eso es un hecho comprobable a primera vista. Pero estos olvidos cuestan muy caros cada vez.
3. El tercer problema de México: La baja autoestima. Pues sí, aunque parezca poco relevante, México es uno de los países cuya población tiene la autoestima más baja en Latinoamérica. Y derivado de este problema, el malinchismo (vuelta al problema descrito como número uno), la dejadez y el descuido (tanto del individuo como del entorno), el desinterés en la educación. El individuo que tiene baja su autoestima no se interesa por salir adelante ni por ayudar a los demás a hacerlo. Todos conocen la metáfora de la cubeta de cangrejos. El triunfo ajeno lastima a los demás. Los avances se bloquean, la gente que se subestima a sí misma necesita una especie de autoreconocimiento, el cual llega en las formas más insospechadas. Por ejemplo, el que necesita sentirse más listo que los demás, se convierte en un "gandalla", en alguien que le ve la cara a otros para sentir que es más listo, astuto, veloz y demás. Por eso, fraudes, extorsiones, chantajes, robos, mala educación en todas partes. Y esa es la cotidianeidad aquí.
Lo peor de estos problemas es que son cíclicos. El mexicano es incapaz de escaparse de ellos porque una cosa le lleva ala otra. La falta de autoestima le impide acercarse valorativamente a la educación. La falta de ésta le impide conocer su historia nacional, lo que provoca la falta de identidad y la desmemoria. Esto, claro, le impide ver el valor de lo que significa ser mexicano. Y vuelta a empezar.
Es la clase media la que promueve los cambios. De ahí se desprende siempre el reclamo, hasta que el polvorín estalla. No es, como decía Bakunin, desde las clases menos favorecidas. Es más bien, como dictaba Marx, desde el proletariado, la clase trabajadora. La cual cada vez se ve más amenazada, diminuye y se carga de impuestos, de trabajo mal pagado, de problemas diversos. Pero este es un tema que se debe discutir después.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Barroco es todo

El barroco de los siglos XVI, XVII y XVIII fue una manifestación cultural que se elaboró a sí misma y se reinventó muchas veces durante los tres siglos que abarcó, dependiendo del lugar donde se manifestó y de las circunstancias religiosas, políticas, sociales y artísticas que la caracterizaron. Fue, más que una corriente artística o literaria, un modo de vivir, de entender el universo y un cosmovisión muy compleja y totalizante.
El barroco fue explosivo, cada siglo lo vivió con intensidad y con sus propias peculiaridades. No es lo mismo el barroco del siglo XVI, que el de los dos siglos que le siguieron. El del siglo XVI se asomó con cierta timidez, aunque, en comparación con otras corrientes de arte, literatura o pensamiento, esta timidez apareció cubierta de cierta exaltación. El barroco del siglo XVII fue exuberante, pletórico, colorido, aguerrido contra otros modos de vida e impactante. Y el del siglo XVIII, en su decadencia y morbilidad, tuvo en sus excesos el contrafuerte de lo que fue la cultura en siglos posteriores. Porque no se puede negar que el neoclasicismo que le siguió no tuvo la misma elegancia y sobriedad en sus formas que el que tuvo el clasicismo de los siglos XIV y XV. Más bien, se vió impactado sin remedio por la profusidad y los excesos del barroco.
Incluso el barroco de las tierras del norte de Europa, aunque fue diferente del barroco de países católicos, fue profundo y estricto en su puritanismo, en su evasión de la imagología, y aunque no tuvo la movilidad y energía del barroco de España y Latinoamérica, jamás fue rígido, más bien, se trató de un cosmovisión que, como un ser vivo, se adaptó a la forma de vivir de los habitantes de tierras más frías y sobrias, tales como los Países Bajos o Inglaterra y así, sen dejar de ser generoso en su exhibición, se prestó a moldearse para servir a los intereses del protestantismo y sus vertientes.
Pero así como el barroco vistió a la mitad de Occidente y la permeó hasta sus aspectos más íntimos, así perduró de cierta manera en los cánones, no de arte ni de literatura, sino de vida. Después de que los occidentales atravesaron por él, pareciera que no se resignaron a volver a vivir una vida de sobriedad. Después del barroco la añoranza del lujo y la profusión, aunque fueran decadentes, se aferó el el espíritu de los hombres, y hoy en día, se puede ver un mundo sumergido en la barroquicidad y una mórbida espera de que vuelvan los tiempos mejores en los cuales todo brillaba como la plata que Carpentier describe en su obra El Concierto Barroco.
Pero ya lo anunciaba y o reflexionaba Calabrese en su obra El Mundo Neobarroco. Vivimos aún en él y lo recreamos cada vez más, en sus angustias existenciales, en sus veraces o a veces dolosas inclinaciones hacia los aspectos más marginales de la fe (sea del credo que sea), en la profusión de imágenes y el nuevo culto que se les guarda.
Así, en efecto, somos neobarrocos. Pero si se mira hacia atrás, barroco ha sido siempre el hombre, pues en su inquietud constante y en sus preguntas eternas, nunca resueltas, late el sentido de la barroquicidad del espíritu, aquel aspecto que inclina al hombre a preguntarse si vive un sueño o vive la realidad. O más bien, ya se anunciaba, desde siempre, la decadencia humana.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Miedos reciclables


Cada época y cada lugar tiene sus propias obsesiones. Desde la brujería, el vampirismo, el consumismo o el pop, a cada estadio de la línea del tiempo le corresponden una o varias ideas recurrentes que se convierte en excesos.  En cuanto al virreinato en España y México, los casos relacionados con visiones celestiales o demoníacas contribuyeron en gran medida a acrecentar el imaginario popular y religioso durante muchos años, y también la cantidad de casos que un historiador, un sociólogo, un antropólogo o un psiquiatra podrían estudiar.
En realidad, las personas que decían poder ver más allá de lo permitido al resto de la gente existieron desde siempre. Todas las mitologías y explicaciones sobrenaturales del mundo, brindadas a los demás por brujos, chamanes, sacerdotes y hechiceros, han tenido que ver con visiones diversas, todas dadas dentro y por un contexto en particular. Pero pocas obsesiones ocasionaron tantas muertes y tortura como las de los endemoniados de la Edad Media o los del periodo novohispano a manos del Santo Oficio. En particular, aquellos que al parecer guardaban vínculos muy cercanos con el demonio, como los posesos, las brujas, los hechiceros y algunos visionarios.
Es interesante observar cómo cada época guarda sus propios demonios. La Historia del Miedo es la obra de Jean Delumeau que relata los temores de las personas a lo largo del tiempo. Y se puede observar, en esta obra, cómo es que los temores del hombre van cambiando dependiendo de la época. Pero lo curioso es que muchos miedos siguen vivos, pese a los cambios en la cultura, la tecnología y la educación. Evidentemente, en gran número de ocasiones el temor hacia algo no es cuestión de momentos diacrónicos. Ni hablar del miedo a la muerte, pero sigue habiendo personas que le temen a las labores de la brujería y de la magia negra y claro, sigue habiendo personas que la utilizan. O al menos eso creen.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Imágenes para propaganda

A propósito del Día de la Independencia en México, cualquiera que haya pasado por una escuela primaria sabe (o debería saber) que la madrugada del Grito, con el que el cura Hidalgo llama al pueblo de Dolores para comenzar la lucha insurgente, luego de tocar la campana del templo, el cura enarbola un estandarte con el que incita a las personas que acudieron a su llamado a iniciar la batalla. Ese estandarte tenía la imagen de la Virgen de Guadalupe, que hasta la fecha, simboliza la religión en México.
Sin embargo, seguramente no muchos se preguntarán que significaba en verdad ese estandarte en manos de un personaje como Hidalgo. En México, la gente no suele pensar en la personalidad de sus héroes patrios. ¿Quién era Miguel Hidalgo? Pues en la historia oficial, era un sacerdote católico, que oficiaba misa en un pueblito, y que un buen día decide que ya han sido demasiados años de gobierno español y que es hora de que el país se gobierne en forma independiente a aquel país europeo.
Pero es obvio que no es posible pensar en Hidalgo de esta manera que sirve únicamente para enseñar historia a niños de primaria, y eso, de manera un tanto deficiente. Si se piensa que, en realidad Hidalgo era librepensador, un ávido lector de la corriente europea ilustrada, que incluso gustaba del alcohol, el juego y las mujeres, es claro que la imagen del sacerdote común y corriente, preocupado por la formación espiritual de su grey, se difumina y desaparece.
De la misma manera, no es posible pensar que la idea de Hidalgo de tomar un estandarte con la imagen de la Virgen de Guadalupe obedeció a un sentir religioso. Más bien, visionario como los demás insurgentes de su época, conocía el significado y el sentido de esta imagen. Pero, al igual que la iglesia bajo la cual ejercía su sacerdocio, era consciente también del poder enorme de convocatoria que tienen las imágenes. No hay que olvidar que desde siempre, y más en la Edad Media y el Barroco, la propaganda favorita de la Iglesia Católica no fureron el sermón y ni la predicación, sino las imágenes. Así, dicho estandarte fue un gancho de pesca muy efectivo.
La pregunta ahora es: ¿cuál es el gancho de pesca que en la actualidad puede arrastrar a la gente a moverse de la misma forma en que se movió en aquella época? ¿o acaso, con tantas imágenes como hay ahora, ya ninguna puede lograr lo que hizo el estandarte de Hidalgo? ¿O será más bien que la única movilidad posible de lograr actualmente son las visitas al Ángel de la Independencia en el D.F., o al monumento a la Revolución para bailar Thriller?

martes, 8 de septiembre de 2009

Un cuento: Una tarde para Rapunzel

Rapunzel esperaba todos los días en su balcón a que su príncipe llegara. Un día, en medio de la espera, Rapunzel observó su largo cabello y descubrió horrorizada que tenía orzuela. ¿Cómo iba a recibir así al príncipe? Y ni pensar en recortarlo, porque entonces el príncipe tendría que esforzarse mucho más en alcanzar la mata de pelo para subir. Así que la princesa rezó para que el príncipe no se diera cuenta. Y el príncipe por fín llegó. En efecto, no se dió cuenta de que Rapunzel tenía orzuela. Tampoco se fijó en el lindo vestido que traía, el cual ella elegía diariamente, con mucho cuidado y esmero.
Y tampoco se fijó en los detalles del cuarto de Rapunzel: velas aromáticas, flores y manualidades hechas por ella misma para pasar el tiempo de la espera. De hecho, el príncipe habló toda la tarde de los dragones a  los que había matado, de las batallas que había peleado, de los ogros que había derrotado, de los caballeros a los que había retado, y de muchas otras cosas más. Quedó de acuerdo con Rapunzel en que volvería por ella al día siguiente, con una escalera de mano para poder bajar del balcón con ella, pues por el momento, el único recurso para llegar al balcón de la torre era el cabello larguísimo de Rapunzel, y obviamente, ella no podía bajar por ahí. Así que el príncipe se fue.
A la mañana siguiente, muy temprano, Rapunzel se miró al espejo, miró la orzuela de su cabello y se quedó pensando un rato. La noche anterior había hecho una larga consulta con la almohada y ahora había tomado una decisión. Tomó unas tijeras y recortó su cabello. Pero no sólo quitó la orzuela. Se cortó el cabello hasta dejárselo a la cintura.
Por supuesto, esa tarde el príncipe no pudo trepar hasta la ventana de Rapunzel. Y ella ni siquiera se asomó al balcón. De hecho, ella pasó toda esa tarde mimándose, haciéndose un spa, leyendo, recortando recetas de belleza y viendo televisión.

lunes, 31 de agosto de 2009

Noches Asesinas

Al más puro estilo de las Mil y Una noches, la televisión sigue contando historias para pensar, sentir y reflexionar. Pero no cualquier historia. Sherezada le contaba historias al rey para evitar que éste le cortara la cabeza. y en aquellos cuentos no estaba solamente el truco de salvar la vida "haciendo tiempo". Estaba presente también cierta forma de hacer terapia. El rey Schariar escuchaba historias de mujeres malas, como las que los habían engañado a él y a su hermano. Pero también había historias de hombres malos, que dañaban a otros hombres ya las mujeres; historias de hombres y mujeres buenos, que no tramaban maldad contra nadie, e historias de genios, de animales, de reyes, de princesas, y más.
De esta manera, no solamente el rey se curó de su manía de asesinar mujeres después de su noche de bodas con ellas para evitar que lo engañaran. También Sherezada pudo ver al hombre sensible que había debajo del rey tirano. Y luego, el rey mandó que todos los relatos fueran consignados para que el pueblo los conociera y la gente se emapapara de su sabiduría.
En esa serie de relatos enmarcados está el germen de muchas historias más, contemporáneas. Por ejemplo, en esto de mujeres malas que se vengan o enloquecen frente a su enorno, los relatos de Mujeres Asesinas, la serie de televisión, recuerda un poco esa terapia narrrativa que Sherezada practicaba con su rey. Mujeres buenas y malas, hombres buenos y malos. Todos seres humanos, puestos ahí por si la gente trama algo que la sociedad no desea ver ocurrir.
En las noches y en los días, gran cantidad de personas desearían asesinar a alguien, a veces solamente por gusto, otras por necesidad, otras porque es necesario continuar con las leyendas urbanas que corren por ahí todo el tiempo.

viernes, 28 de agosto de 2009

Plagio desde los académicos

Se habla mucho del tema de plagio en el ámbito académico; los docentes se quejan constantemente de este hecho, pues los alumnos lo manifiestan mucho. Sin embargo, en descargo de los estudiantes, se puede decir que la mayor parte de las veces ellos recurren a esta práctica por ignorancia. Pero ¿qué decir de aquellos docentes que, aún sabiendo la gravedad del hecho lo practican? Es una pena ver como los docentes, lejos de ser lo investigadores creativos que la sociedad desea en ellos, caen en prácticas tales como el plagio. Esto no es únicamente prueba de su deshonestidad académica, sino, peor todavía, de su falta de ética como personas y claro, de su falta de capacidad como profesionistas.

Este es el caso de aquellos profesores que imparten clases en distintas insstituciones y escuelas. Les parece fácil usar, en otros lugares, materiales que han sido desarrollados en contextos específicos, para y dentro de una institución determinada. No se trata de los materiales que ellos mismos desarrollan, sino de los que una academia de maestros desarrolla, en conjunto y a lo largo del tiempo, para que sean aplicados en determinada institución. Y entonces, estos maestros buscan ganar prestigio impartiendo talleres, clases, cursos y hasta seminarios, utilizando dichos materiales, sin ni siquiera dar la referencia correspondiente, faltando de esta manera, el respeto a sus compañeros docentes, que trabajaron arduamente para desarrollar dicho material. Es una pena tener que ver en la sociedad y más en el ámbito académico a ste tipo de personas. Por fortuna, siempre habrá alguien cerca que desenmascare a estos falsos profesionistas, tan necesitados de ética y creatividad.


jueves, 27 de agosto de 2009

Sor Juana Inés de la Cruz: anhelo de otra vida

Esta mañana, jueves 27 de agosto de 2009, estaba escuchando en la radio, en una estación universitaria de Puebla, México, Radio Buap, para ser más exacta, la plática de una investigadora especialista, por lo que pude entender, en temas relacionados con literatura colonial, específicamente la de Sor Juana Inés de la Cruz. esta persona destacaba la lucidez intelectual de la poeta novohispana, y mencionaba cómo dicha lucidez había llegado a su máximo esplendor en la obra "Primero Sueño". De hecho, es la única obra a la que la misma autora se refiere como haberla hecho por gusto auténtico y personal. Siendo este poema de tal complejidad y brillantez, me pregunté qué habría sido del resto de su obra si también la hubiera hecho auténticamente por gusto, como refiere sor Juana en la Carta a Sor Filotea.
Y es que en verdad, Primero Sueño es un poema tan intrincado que es necesario tomar todo un curso completo con especialistas para, al menos, poder entrar, si no comprender, mínimamente, dicha poesía. La pregunta sigue siendo ¿y si en la obra de Sor Juana hubiera habido más cosas hechas "por puro gusto"? ¿Qué otras maravillas literarias hubiéramos podido apreciar?
¿Qué hubiera sido de la obra de Sor Juana si, en vez de encontrar la represión que en su época había, hubiera tenido las oportunidades que tienen ahora muchas mujeres (aún no tantas como debería ser)? ¿Hubiera sido escritora? ¿O quizá científica? Tal vez hubiera sido la predecesora directa de Madame Curie, pues a Sor Juana, lo que le interesaba, era más bien el estudio de las ciencias. Entonces no habría sido poeta.
Pero como el hubiera ni existe ni importa, entonces únicamente hay que leer, apreciar y disfrutar de la obra genial de Sor Juana y valorarla más, en cuanto fue escrito en un marco y en contexto en el cual estuvo a punto de no ser.

Educación religiosa en decadencia

Hace años, todavía me tocó a mí, educarse o estudiar en una escuela religiosa, como de sacerdotes o mojas, era una cuestión que daba prestigio. Debe haber sido porque, de acuerdo a la escala de valores que la sociedad apreciaba. O más bien, y entonces es mejor dejar de ser ingenuos, porque muchas de las escuelas dirigidas por gente del clero estaban destinadas a alumnos provenientes de familias con medianos o más bien altos recursos económicos, situación que, al menos en la ciudad de Puebla, brindaba prestigio a todos aquellos que tenían la "suerte" de poder acceder a esta educación.
Sin embargo, en los últimos años, la educación que está enfocada a mantener los ideales de la religión, especialmente la católica, va en detrimento. Ya no aplican los discursos acerca de que vale la pena educarse "por Cristo y en Cristo". No es que el discurso tuviera algo de malo. Pero en el mundo globalizado actual, en la sociedad de información y del conocimiento, las instituciones prefieren hablar, más bien, de liderazgo, competencias, competitividad, superación económica y laboral, y no de cuestiones relacionadas con la espiritualidad.
Esto puede representar un problema. Pensar que la cuestión de las competencias está únicamente relacionada con actitudes y aptitudes relacionadas con el mundo del dinero y el poder, deja a los involucrados en este asunto muy desvalidos espiritualmente. Al menos la educación religiosa trataba de no descuidar este lado de la formación integral, pues trataba de promover valores más humanistas o humanitarios.
Pero también es cierto que no es solamente el discurso eclesiástico el que va a la baja. También es la organización
de estas instituciones
, prácticamente arcaica, hecha a partir de convenciones institucionales, la que ya no funciona. Por ejemplo, suponer que el alumno es el sujeto a punto de entrar en la iluminación, dejándolo hasta abajo de los organigramas institucionales, es un error. También, esperar a que el docente sea un empleado más dentro de una red compleja, también es un modelo que no aplica más.
Y claro, aunados a estos desórdenes se suma la falta de interés de la sociedad por continuar en estos esquemas tan tradiconales y vistos, hasta cierto punto, como "snobs" por algunos sectores de la población.
No obstante quedan varios institutos y universidades que están logrando superar los paradigmas educativos tradicionales sin dejar de lado la promoción de valores integradores y humanistas. Ojalá que gran parte de los colegios de Puebla, de esos que se mantienen vivos gracias a su antiguo prestigio, o a sus "arraigadas tradiciones", logren superar sus modelos cuasimedievales de educación tradicional.

miércoles, 12 de agosto de 2009

La Representación del Mal: del mito al arte

Para muchas personas en occidente, en especial aquellos que tengan algún referente ligado a la religión, por ejemplo, la católica, la imagen con la que se representa al demonio es sumamente conocida, pues forma parte de un imaginario que desde hace muchos siglos se ha ido conformando. En algunos casos es largo el camino que una imagen tiene que recorrer para llegar a ser tal y como la conocemos En ese camino, una de las etapas más importantes de la formación de la imagen del demonio es el periodo correspondiente a la transición entre el estilo románico medieval al gótico, donde la imagen del demonio se configura casi por completo hasta ser la que conocemos hoy en día. La configuración de esta imagen es medieval y pasó a la época colonial prácticamente intacta.

El Dragón es una de las figuras que se utiliza con más frecuencia para representar al demonio en una obra pictórica de tema religioso durante la época de la Colonia. Tomaremos como corpus obras que se encuentran dentro de templos católicos en la ciudad de Puebla en la zona centro y sus alrededores más cercanos como son los barrios más antiguos de la ciudad que datan de los siglos XVI, XVII y XVIII. Lo vemos aparecer en obras que tienen el siguiente tema:

La Virgen del Apocalipsis

La Inmaculada Concepción

San Miguel derrotando al demonio

San Ignacio de Loyola auyentando al demonio

Durante la Edad Media es común verlo a los pies de San Jorge, sin embargo, esta imagen parece ser poco recurrente durante la Colonia en México, más específicamente, en Puebla. Es más común verlo a los pies de San Miguel pues San Miguel y la Virgen son los patronos de la ciudad.

Aunque la imagen se configura prácticamente en su mayoría durante el periodo medieval, ya desde la antigüedad encontramos fuentes importantes que nos ayudarán para saber de dónde viene la imagen que ahora le pertenece al imaginario, no sólo cristiano, sino occidental.

Entre las principales fuentes están las de antiguas tradiciones que pasaron al imaginario judeocristiano, y que veremos a continuación.

La fuente babilónica

La fuente judía (Antiguo Testamento y mitos de diversas fuentes)

Influencias de extremo oriente (China)

El Apocalipsis Bíblico

La principal fuente de donde se extrae el dragón es, por supuesto, la Biblia. Le vemos aparecer por primera vez en Ap 12,3: “Apareció en el cielo otra señal y vi un gran dragón de color de fuego, que tenía siete cabezas y diez cuernos y sobre las cabezas siete coronas”.

Luego, pelea contra Miguel y sus ángeles en Ap 12, 7.8 y es arrojado del cielo en Ap 9:

“Hubo una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles peleaban con el dragón, / y peleó el dragón y sus ángeles, y no pudieron triunfar ni fue hallado su lugar en el cielo. /Fue arrojado el dragón grande, la antigua serpiente, llamada Diablo y Satanás, que extravía a toda la redondez de la tierra, y sus ángeles fueron precipitados”

Más adelante, en Ap 12, 13 se dice que el diablo ha bajado a la tierra.

“Por eso, regocijaos, cielos y todos los que moráis en ellos, ¡Ay de la tierra y de la mar!, porque descendió el diablo a vosotras animado de gran furor, por cuanto sabe que le queda poco tiempo”

Según los autores que realizan la interpretación de la edición que revisamos, este capítulo nos habla del momento en que “la Iglesia da a luz al Mesías en medio de las grandes pruebas y ansias con que suspiraba tantos siglos por su venida”. Para dichos intérpretes, “el dragón es el enemigo de Dios y de su Verbo. (…), aparece en el cielo meteorológico, donde puede ser visto por todos. Su color es rojizo, de sangre, porque es homicida desde el principio (Jn 8, 44). Las siete cabezas y los diez cuernos, derivados de la bestia de Dan 7,7, indican su poder y resistencia. Con la cola arrastra en pos de sí una buena parte de los espíritus celestiales.”

Además “la región propia del diablo es el cielo atmosférico, donde, además, la batalla puede ser contemplada desde la tierra por el profeta. Miguel es en Dan 10, 13.21; 12, 1, el arcángel, el jefe de los ejércitos celestiales y el protector del pueblo de Dios; por eso figura aquí como generalísimo en esta batalla contra Satanás”.[1]

Sin embargo, no tenemos aún delineados los contornos de la figura que veremos aparecer en numerosas representaciones, pues de su aspecto físico sólo sabemos es color sangre y que es “el dragón grande, la antigua serpiente”, que tiene “siete cabezas y diez cuernos, y sobre las cabezas, siete coronas”, y una gran cola, con la que arrastra a la tercera parte de “los astros del cielo” o espíritus celestiales.

Los primeros contornos del dragón son los de la serpiente que tienta a Adán y Eva en el génesis.

Pero la serpiente, la más astuta de cuantas bestias del campo hiciera Yavé Dios, dijo a la mujer: “¿Con que os ha mandado Dios que no comáis de los árboles todos del paraíso?” (Gen 3, 1)

Más adelante, Yavhé Dios maldice a la serpiente por haber tentado a Eva:

Dijo luego Yavhe dios a la Serpiente: ‘Por haber hecho esto, Maldita serás entre todos los ganados y entre todas las bestias del campo. Te arrastrarás sobre tu pecho y comerás el polvo todo el tiempo de tu vida. (Gen 3, 14) Pongo perpetua enemistad entre ti y la mujer y entre tu linaje y el suyo; Este te aplastará la cabeza, y tú le acecharás el calcañal (Gen 3,15)

La maldición expresa el horror que siente el hombre frente a la serpiente y el arrastrarse ésta sobre su pecho le es natural, sin embargo es señal de su abatimiento y humillación.

Recordemos cómo en el Apocalipsis a Satanás, el Diablo, se le conoce como “el gran dragón, la antigua serpiente”.

Pese al sentido metafórico de estas palabras, la persona que tenía el encargo de reproducir la imagen de dragón en una pintura, una escultura o un relieve debía ajustarse lo más posible a esta descripción para poder representar la imagen satisfactoriamente y de una forma que fuera accesible al espectador.

Sin embargo, sabemos ahora que la Biblia es depositaria de diversas influencias mucho más antiguas.

Durante muchos siglos los teólogos judíos y cristianos coincidieron en que los relatos sobre el origen del mundo ofrecidos en el Génesis no sólo estaban inspirados por Dios, sino que además no debían nada a otras escrituras. Esta opinión extrema ha sido actualmente abandonada por todos salvo por los fundamentalistas.[2]

Así que acudiremos a fuentes de mayor antigüedad que nos puedan proporcionar pistas

La más antigua son los textos acadios, provenientes de Babilonia y Asiria.

Desde 1876 se han desenterrado y publicado varias versiones del Poema de la Creación acadio (es decir, babilonio y asirio). La más extensa de ellas, conocida como Enuma Elish; por sus dos palabras iniciales –que significan ‘cuando en lo alto’- se supone que fue escrita en la primera parte del segundo milenio a. C.[3]

Encontramos en este poema, por primera vez, alusión a unas figuras para las cuales, la traducción que se ha hecho de los antiguos textos acadios ha encontrado el nombre dragones:

La versión más extensa del Poema de la creación comienza diciendo: “cuando en lo alto del cielo aún no había sido nombrado”, Apsu el Procreador y la Madre Tiamat se mezclaron y parieron una prole de monstruos parecidos a dragones.[4]

Aunque no se nos dice nada más de su aspecto, sabemos muy bien que los seres procreados por Tiamat son monstruosos y temibles. La tradición hebrea retoma a estos monstruos para sus propios mitos si recordamos que los hebreos vivieron en Babilonia alrededor del 597 a. C, en tiempos de Nabucodonosor.

Estos mitos babilonios sobreviven al tiempo por que sus sacerdotes se encargan de mantenerlos con vida durante cientos de años. Beroso, sacerdote de Bel en Babilonia, nacido en el siglo IV a. C., hace un resumen con los mitos de la creación, los cuales contienen mucha semejanza con la versión más larga ya citada. Se sabe que el primer relato del Génesis hebreo es compuesto en Jerusalén poco después del regreso del exilio babilónico. Así que para cuando se escribe el Apocalipsis, entre los años 96 y 98 de la Era Cristiana, las imágenes tomadas de la antigüedad babilónica ya tienen arraigo en la tradición hebrea.

La forma literaria la bebió el profeta en el Antiguo Testamento. A éste, y más aún a sus partes apocalípticas, debe acudir el estudioso lector para entender el sentido material de tantas imágenes y figuras, y penetrar luego el sentido íntimo que el profeta les atribuye. (…) Que algunas de estas imágenes puedan tener un origen más antiguo y acaso pagano es cosa que no cambia en nada su sentido.[5]

Posteriormente, durante la Edad Media, la tradición de los textos hebráicos fue creciendo gracias a los múltiples estudios cabalísticos y a la necesidad de los rabinos de explicar sus textos sagrados como una afirmación de su fe y de su raza.

Durante la Edad Media se siguieron haciendo caprichosas ampliaciones rabínicas de los relatos del Génesis; se trataba de respuestas a preguntas realizadas por estudiantes inteligentes, por ejemplo: ‘¿Cómo fue iluminada el Arca?, ¿Cómo se alimentaba a los animales?, ¿Había un fénix a bordo?’ [6]

Además, los conocimientos y tradiciones hebreas nunca se han perdido, al contrario, se fueron enriqueciendo con el tiempo.

Los documentos sagrados posteriores a la Biblia abundan. Durante los mil años transcurridos tras la primera sanción de la Biblia como obra canónica, los judíos de Europa, Asia y África escribieron de manera prolífica. Esos escritos eran ora intentos por explicar la ley mosáica, ora comentarios históricos, moralistas, anecdóticos y homiléticos sobre pasajes bíblicos. En ambos casos, los autores incluyeron abundante material mítico, pues el mito siempre ha servido para validar, de modo claro y conciso, leyes enigmáticas, ritos y costumbres sociales.[7]

Así que durante la Edad Media los mitos sobre monstruos y dragones sobrevivieron y se arraigaron en la imaginación de la gente. De hecho, muchas imágenes de bestias fantásticas pasaron a formar parte de numerosos bestiarios y más aún, del simbolismo de la alquimia.

La figura de la serpiente o dragón es el primer símbolo que encontramos, y representa la materia en su imperfecto estado, sin regenerar. [8]

El dragón representaba, para los alquimistas medievales, la naturaleza en su estado más salvaje, en bruto, sin trabajar.

Hay que matar al dragón, lo que significa que los metales que son el tema de la alquimia tienen que ser reducidos a una condición no metálica y hacerlos susceptibles de recibir un nuevo espíritu.[9]

Recordemos que la alquimia, en realidad, no se dedicaba sólo a buscar la forma de convertir plomo en oro, o a la búsqueda de la piedra filosofal. Era también, y más que nada, una búsqueda espiritual de la perfección, de controlar las fuerzas naturales e instintivas que habitan dentro del hombre, controlar su materia, con el fin de alcanzar una renovación des espíritu y la mente. El dragón no es sólo un mineral en bruto, es también el instinto, lo salvaje, lo corpóreo, lo que domina al hombre, lo que hay que domar.

Y así, llegamos al momento en el cual la imagen del dragón tal y como aparece en obras medievales y coloniales termina de ser configurada. Es el momento entre los periodos que la historia del arte conoce como románico y el gótico. Para eso, me remitiré al estudio que sobre alas de murciélago realiza Baltrusaits en su libro La Edad Media Fantástica.

Durante mucho tiempo, la imagen del diablo ha estado marcada por una contradicción: máscara de animal que ríe sarcásticamente, tronco consumido de habitante del imperio de la Muerte, patas velludas armadas de garras, pero también alas de pájaro, es decir, parecidas a las de los ángeles. El arte románico ha producido muchas veces estos demonios. […] Sólo cuando reciben alas de murciélago, su imagen se acomoda simultáneamente a las convenciones de la apariencia física y la concepción religiosa. Alas de pájaro nocturno con la membrana tensa sobre la osamenta en punta que no evocan el Paraíso, sino que desprenden la sombra de siniestras regiones.[10]

Así, tanto los demonios plasmados en escultura o pintura (relieves y miniaturas) de fin de la Edad Media como los dragones de la misma época presentan su imagen final, como será conocido durante mucho tiempo.

Podemos observar la misma evolución en el dragón, una de las encarnaciones del diablo. En el arte románico, se trata de una serpiente sin alas ni patas o de un pájaro con cola de lagarto. En el arte gótico, tiene alas membranosas. […] El dragón gótico tendrá también una creta, hecha con un tejido tendido sobre espinas que se despliega al mismo tiempo que las alas y tiene forma dentada.[11]

Pero esto no basta para saber de dónde vienen estas alas y la cresta que completan la figura del dragón-demonio. Baltrusaits nos da una pista:

El Extremo Oriente, tierra de dragones, se reconoce a sí mismo en cada uno de los repliegues de este animal. […] a partir de la época Han, (los dragones) tienen una cresta dorsal con espinas e incluso con dientes de sierra. y muchas veces son alados.[12]

A continuación, el autor cita varias fuentes e ilustraciones donde estas figuras aparecen tal y como él las describe, y nos habla de representaciones de dioses de los truenos y señores de los infiernos.

Es precisamente durante el imperio de los Han (200 a. C – 220 d. C) que la ruta de la Seda inicia su recorrido llevando con ella durante muchos siglos tradiciones de uno y otro lado del mundo.

Así, al llegar al renacimiento, esta figura del dragón-demonio occidental ya está completa. Así, al ser llevada al nuevo mundo, lo único que le faltará para ser asimilada por los naturales de la Nueva España es su identificación con la antigua serpiente mexicana: Quetzalcóatl, la serpiente emplumada.



[1] Biblia, 1475

[2] Graves, Robert y Patai, Rápale; Los mitos hebreos. Alianza Editorial, 2003, p. 22

[3] Graves y Pathai; Los mitos hebreos; ibidem. p. 22

[4] Graves y Phatai; Los mitos hebreos; op. cit. p. 24

[5] Sagrada Biblia; Biblioteca de Autores Cristianos. p. 1461

[6] Graves y Pathai; Los mitos hebreos; op. cit. p. 18

[7] ibidem. p. 8

[8] Sherwood Taylor; Los alquimistas. Fundadores de la Química Moderna. FCE. México, 1957. p. 144

[9]

[10] Baltrusaits. P. 153

[11] op. cit. p. 156

[12] ibidem. p. 161

miércoles, 5 de agosto de 2009

Adoptar mascotas

Todos los días se ven en la calle muchísimos perros y gatos abandonados, en malas condiciones. A mucha gente no le importa, pero debería. Cada animal maltratado es responsabilidad de un humano, y la persona que es capaz de maltratar a un animal, puede hacerlo sin duda con un humano.
Por fortuna, hay gente a la que sí le interesa. Esta es la gente que pertenece a protectoras de animales y recoge perros ygatos, los alimenta, baña, vacuna, cuida, esteriliza y finalmente los da en adopción.
Adopta un perro, nunca te arrepentirás si en verdad deseas hacerlo. La gente cree que los perros adoptados no se podrán acostumbrar a sus nuevos amos, que no podrán vivir en una casa o que serán muy bravos. Nada es más falso que esto. Los perros adoptados son muy adaptables. Sólo hay que pensar: si uno viviera en la calle, hambriento, sin bañarse y sin nadie que lo cuide a uno, y de repente le ofrecieran una casa, comida, baño regular, cuidados y amor, ¿quién lo rechazaría?. Igual los perros y los gatos adoptados.
Son animales muy agradecidos. Harán todo por acostumbrarse a vivir con sus nuevos amos, serán dóciles y se adaptarán con facilidad, siempre y cuando se les eduque y atienda con amor paciencia.
Además, tampoco es necesario adoptar un cachorro. Son muy bonitos, pero a veces un cachorrito trae más inconvenientes que un perro adulto, pues necesitan más cuidados y atención, ya que su sistema inmunitario no está bien formado aún. Así, adoptar un perro adulto no es ningún problema. Por ejemplo, este de aquí abajo era un callejero que ahora vive feliz en una casa, llegó cuando tenía dos años y medio y se adaptó muy bien, es muy feliz.
Por eso, adopta un perro. Visita las páginas de las protectoras. Tienen fotos de los perritos y gatitos que se dan en adopción. En cada estado hay una o varias y quizá, muy cerca de tí.