lunes, 28 de diciembre de 2009
Ciencia ficción: visionaria del futuro, crítica del presente.
Por ejemplo, mucho se ha hablado, con gran admiración, de la obra de Julio Verne, desde varias perspectivas. Se menciona, primero que nada, la gran imaginación del autor que lo llevó a vislumbrar un horizonte inexistente aún, pero posible. Esto, aunado a una serie de tramas emocionantes y a personajes complejos. Y claro, se habla de sus predicciones en el campo de la ciencia y la tecnología. Es impresionante que alguien, a muchos años de distanci de que el hecho en verdad ocurriera, pudiera ser capaz de aventurar una novela de ficción donde se relatan cosas, hechos y datos que años después fueron realidad.
Sin embargo, hay que recordar que no fue Verne, claro, el primero en pensar en una máquina submarina que pudiera navegar a gran velocidad en las profundidades del mar. En realidad, desde tiempos muy antiguos ya existía la idea del submarino. Por ejemplo, Da Vinci ya tenía en la cabeza una idea, la cual transformó en boceto, acerca de un aparato que pudiera navegar bajoo el agua. Igual que con muchos de sus inventos, esta novedad no pasó de ser un boceto y así se quedó hasta que otros genios continuaron con la ocurrencia, genios como Drebbel o Borelli, que prácticamente intentaron poner la idea en práctica. Pero sigue siendo sorprendente que Verne haya sido, si no profeta, al menos vocero de todos aquellos que soñaban con volar, viajar al espacio exterior, navegar bajo el agua y más.
Así, la literatura siempre es vocera de los sueños de las personas. Y también de sus pesadillas. Mary Shelley, en Frankenstein, describe el horror de ponerse a jugar a Dios, dando vida de una manera distinta a la que la naturaleza provee. Con este hecho lo único que pueden sobrevenir son tragedias. Pero el texto en realidad rememora las antiguas aspiraciones de los alquimistas que buscaban la piedra filosofal que daba vida o proporcionaba la posibilidad de la longevidad ilimitada. Se remite a aquellos que decían haber creado al homúnculo. Y se habla, finalmente, de una promesa más: de la posibilidad de trasplantar órganos de una persona que ya murió. Ignoro realmente si en la época de Shellley ya había estudios médicos y científicos que precognizaran que esto podría ser posible, pero como sea, la obra es casi profética en ese sentido.
Lo mismo puede afirmarse de la obra de otros autores. Para terror mío, pienso eso de obras como la de Huxley. Un Mundo Feliz podría estar a la vuelta de la esquina en las clases sociales y la distinción, si no de colores en la ropa, sí de marcas de ella. También está en los efectos especiales de las películas, que cada vez son más complejos; en los videojuegos que son cada vez más reales y alienantes; en la producción masiva de absolutamente todo, incluso de contenidos educativos; en la insensibilidad social; en la ignorancia de la gente por la cultura y más que nada, en la clonación.
Siguiendo por este camino, las obras de Asimov ¿contienen alguna significación más allá de solamente la creatividad y genialidad de la obra en sí? ¿Profetizan algo? ¿Simbolizan algo?
Si así fuera, sería entonces necesario, más que nunca, que las personas revaloraran las humanidades, pues solamente con la protección de las ideas, la filosofía y el pensamiento el hombre puede seguir siendo tal, y no el esclavo o la mascota de las máquinas.
lunes, 21 de diciembre de 2009
Despenalizar el aborto para vivir otra oportunidad.
viernes, 11 de diciembre de 2009
Por favor ¡no uses piel de chinchilla!
Los tres pelos del diablo... en México
Por principio de cuentas, los analistas abordan el tema del avance y retroceso de México en cuestión de trabajo, empleo, gasto público, derechos humanos, etc. Al hacer un comparativo, es imposible dejar de preguntar: ¿Cuáles son los triunfos perdidos de la Revolución Mexicana? ¿cuáles siguen vigentes? ¿a cuáles se ha lacerado más en los últimos años? En particular, ¿cuáles son los problemas que, a pesar de transcurridos tantos años, siguen molestando a los habitantes de este país? o peor aún ¿cuáles son los problemas que los mexicanos son incapaces de superar aún?
Visto así el panorama, cabe enumerar los tres grandes problemas que aquejan a la nación y de los cuales se desprenden muchos otros:
1. La falta de identidad. Esto implica que el mexicano, al no saber entenderse a sí mismo como heredero de 2 o 3 culturas a la vez (prehispánica, española, árabe)es incapaz de entender su lugar como nación entre las otras naciones. Claro, es una tarea difícil entender tanta multietnicidad, pues junto con la cultura heredada de los náhuas, la del resto de los grupos étnicos de la nación es también parte fundamental del imaginario del país. Desde los desconocidos olmecas, de los que tan poco se sabe, hasta los misteriosos mayas, que abandonaron sus ciudades a merced de la selva, pasando por los teotihuacanos, los xicalancas, los toltecas, los tlaxcaltecas, y tantos grupos más, cuya multiculturalidad es tan difícil de entender. Cuanto más que los cursos de Historia de primaria son impartidos por maestros que tampoco entienden estas cuestiones.
Junto con esta multietnicidad prehispánica, está la que trajeron consigo los españoles. De Madrid, Barcelona, Extremadura, o incluso Flandes y demás, los españoles trajeron un sinnúmero de tradiciones nuevas, de impacto unas, de choque otras, pero igual de variadas que las que ya había acá. Y por si fuera poco, hace no muchos años se empezó a reconocer que la cultura árabe, a través de su influencia en España, había dejado su hulla también en lo que ahora se intenta configurar como la cultura nacional.
Pero por sí sola, la falta de identidad no genera más que el desajuste frente a otras naciones. El problema real es que el mexicano, al no saberse identificar ni entender como tal, adopta modelos extranjeros en la búsqueda por la pertenencia a su entorno internacional. Así, ha adoptado la forma de ser y de vivir de los españoles durante el virreinato. Luego, pasado el breve énfasis en la cultura nacional prehispánica que sobrevino inmediatamente después de la independencia, el enamoramiento por la cultura europea le trajo a México un emperador. Y luego, durante el Porfiriato, la moda francesa. Ahora, está de más decirlo, y desde hace muchos años, la cultura estadounidense se ha entrometido en todos los aspectos de la vida nacional, pese a que este modelo, se ha comprobado, ni siquiera les esta funcionando ya, del todo, a los mismos estadounidenses.
2. El segundo problema del mexicano es la falta de memoria histórica. ¿Que para qué sirven las clases de Historia? preguntan muchos estudiantes, hartos de fechas, nombres y datos que ya pasaron? Pues la respuesta es obvia. El ciclo de lo que pasó hace 200 años, se repitió, bajo circunsatancias un tanto distintas, durante la Guerra de Reforma, y luego otra vez durante la REvolución, y de nuevo en el conflicto del 69. Y muchas veces más. La gente olvida fácil en México. Eso es un hecho comprobable a primera vista. Pero estos olvidos cuestan muy caros cada vez.
3. El tercer problema de México: La baja autoestima. Pues sí, aunque parezca poco relevante, México es uno de los países cuya población tiene la autoestima más baja en Latinoamérica. Y derivado de este problema, el malinchismo (vuelta al problema descrito como número uno), la dejadez y el descuido (tanto del individuo como del entorno), el desinterés en la educación. El individuo que tiene baja su autoestima no se interesa por salir adelante ni por ayudar a los demás a hacerlo. Todos conocen la metáfora de la cubeta de cangrejos. El triunfo ajeno lastima a los demás. Los avances se bloquean, la gente que se subestima a sí misma necesita una especie de autoreconocimiento, el cual llega en las formas más insospechadas. Por ejemplo, el que necesita sentirse más listo que los demás, se convierte en un "gandalla", en alguien que le ve la cara a otros para sentir que es más listo, astuto, veloz y demás. Por eso, fraudes, extorsiones, chantajes, robos, mala educación en todas partes. Y esa es la cotidianeidad aquí.
Lo peor de estos problemas es que son cíclicos. El mexicano es incapaz de escaparse de ellos porque una cosa le lleva ala otra. La falta de autoestima le impide acercarse valorativamente a la educación. La falta de ésta le impide conocer su historia nacional, lo que provoca la falta de identidad y la desmemoria. Esto, claro, le impide ver el valor de lo que significa ser mexicano. Y vuelta a empezar.
Es la clase media la que promueve los cambios. De ahí se desprende siempre el reclamo, hasta que el polvorín estalla. No es, como decía Bakunin, desde las clases menos favorecidas. Es más bien, como dictaba Marx, desde el proletariado, la clase trabajadora. La cual cada vez se ve más amenazada, diminuye y se carga de impuestos, de trabajo mal pagado, de problemas diversos. Pero este es un tema que se debe discutir después.
viernes, 4 de diciembre de 2009
Barroco es todo
El barroco fue explosivo, cada siglo lo vivió con intensidad y con sus propias peculiaridades. No es lo mismo el barroco del siglo XVI, que el de los dos siglos que le siguieron. El del siglo XVI se asomó con cierta timidez, aunque, en comparación con otras corrientes de arte, literatura o pensamiento, esta timidez apareció cubierta de cierta exaltación. El barroco del siglo XVII fue exuberante, pletórico, colorido, aguerrido contra otros modos de vida e impactante. Y el del siglo XVIII, en su decadencia y morbilidad, tuvo en sus excesos el contrafuerte de lo que fue la cultura en siglos posteriores. Porque no se puede negar que el neoclasicismo que le siguió no tuvo la misma elegancia y sobriedad en sus formas que el que tuvo el clasicismo de los siglos XIV y XV. Más bien, se vió impactado sin remedio por la profusidad y los excesos del barroco.
Incluso el barroco de las tierras del norte de Europa, aunque fue diferente del barroco de países católicos, fue profundo y estricto en su puritanismo, en su evasión de la imagología, y aunque no tuvo la movilidad y energía del barroco de España y Latinoamérica, jamás fue rígido, más bien, se trató de un cosmovisión que, como un ser vivo, se adaptó a la forma de vivir de los habitantes de tierras más frías y sobrias, tales como los Países Bajos o Inglaterra y así, sen dejar de ser generoso en su exhibición, se prestó a moldearse para servir a los intereses del protestantismo y sus vertientes.
Pero así como el barroco vistió a la mitad de Occidente y la permeó hasta sus aspectos más íntimos, así perduró de cierta manera en los cánones, no de arte ni de literatura, sino de vida. Después de que los occidentales atravesaron por él, pareciera que no se resignaron a volver a vivir una vida de sobriedad. Después del barroco la añoranza del lujo y la profusión, aunque fueran decadentes, se aferó el el espíritu de los hombres, y hoy en día, se puede ver un mundo sumergido en la barroquicidad y una mórbida espera de que vuelvan los tiempos mejores en los cuales todo brillaba como la plata que Carpentier describe en su obra El Concierto Barroco.
Pero ya lo anunciaba y o reflexionaba Calabrese en su obra El Mundo Neobarroco. Vivimos aún en él y lo recreamos cada vez más, en sus angustias existenciales, en sus veraces o a veces dolosas inclinaciones hacia los aspectos más marginales de la fe (sea del credo que sea), en la profusión de imágenes y el nuevo culto que se les guarda.
Así, en efecto, somos neobarrocos. Pero si se mira hacia atrás, barroco ha sido siempre el hombre, pues en su inquietud constante y en sus preguntas eternas, nunca resueltas, late el sentido de la barroquicidad del espíritu, aquel aspecto que inclina al hombre a preguntarse si vive un sueño o vive la realidad. O más bien, ya se anunciaba, desde siempre, la decadencia humana.
miércoles, 2 de diciembre de 2009
Miedos reciclables
lunes, 14 de septiembre de 2009
Imágenes para propaganda
martes, 8 de septiembre de 2009
Un cuento: Una tarde para Rapunzel
lunes, 31 de agosto de 2009
Noches Asesinas
De esta manera, no solamente el rey se curó de su manía de asesinar mujeres después de su noche de bodas con ellas para evitar que lo engañaran. También Sherezada pudo ver al hombre sensible que había debajo del rey tirano. Y luego, el rey mandó que todos los relatos fueran consignados para que el pueblo los conociera y la gente se emapapara de su sabiduría.
En esa serie de relatos enmarcados está el germen de muchas historias más, contemporáneas. Por ejemplo, en esto de mujeres malas que se vengan o enloquecen frente a su enorno, los relatos de Mujeres Asesinas, la serie de televisión, recuerda un poco esa terapia narrrativa que Sherezada practicaba con su rey. Mujeres buenas y malas, hombres buenos y malos. Todos seres humanos, puestos ahí por si la gente trama algo que la sociedad no desea ver ocurrir.
En las noches y en los días, gran cantidad de personas desearían asesinar a alguien, a veces solamente por gusto, otras por necesidad, otras porque es necesario continuar con las leyendas urbanas que corren por ahí todo el tiempo.
viernes, 28 de agosto de 2009
Plagio desde los académicos
Se habla mucho del tema de plagio en el ámbito académico; los docentes se quejan constantemente de este hecho, pues los alumnos lo manifiestan mucho. Sin embargo, en descargo de los estudiantes, se puede decir que la mayor parte de las veces ellos recurren a esta práctica por ignorancia. Pero ¿qué decir de aquellos docentes que, aún sabiendo la gravedad del hecho lo practican? Es una pena ver como los docentes, lejos de ser lo investigadores creativos que la sociedad desea en ellos, caen en prácticas tales como el plagio. Esto no es únicamente prueba de su deshonestidad académica, sino, peor todavía, de su falta de ética como personas y claro, de su falta de capacidad como profesionistas.
Este es el caso de aquellos profesores que imparten clases en distintas insstituciones y escuelas. Les parece fácil usar, en otros lugares, materiales que han sido desarrollados en contextos específicos, para y dentro de una institución determinada. No se trata de los materiales que ellos mismos desarrollan, sino de los que una academia de maestros desarrolla, en conjunto y a lo largo del tiempo, para que sean aplicados en determinada institución. Y entonces, estos maestros buscan ganar prestigio impartiendo talleres, clases, cursos y hasta seminarios, utilizando dichos materiales, sin ni siquiera dar la referencia correspondiente, faltando de esta manera, el respeto a sus compañeros docentes, que trabajaron arduamente para desarrollar dicho material. Es una pena tener que ver en la sociedad y más en el ámbito académico a ste tipo de personas. Por fortuna, siempre habrá alguien cerca que desenmascare a estos falsos profesionistas, tan necesitados de ética y creatividad.
jueves, 27 de agosto de 2009
Sor Juana Inés de la Cruz: anhelo de otra vida
Y es que en verdad, Primero Sueño es un poema tan intrincado que es necesario tomar todo un curso completo con especialistas para, al menos, poder entrar, si no comprender, mínimamente, dicha poesía. La pregunta sigue siendo ¿y si en la obra de Sor Juana hubiera habido más cosas hechas "por puro gusto"? ¿Qué otras maravillas literarias hubiéramos podido apreciar?
¿Qué hubiera sido de la obra de Sor Juana si, en vez de encontrar la represión que en su época había, hubiera tenido las oportunidades que tienen ahora muchas mujeres (aún no tantas como debería ser)? ¿Hubiera sido escritora? ¿O quizá científica? Tal vez hubiera sido la predecesora directa de Madame Curie, pues a Sor Juana, lo que le interesaba, era más bien el estudio de las ciencias. Entonces no habría sido poeta.
Pero como el hubiera ni existe ni importa, entonces únicamente hay que leer, apreciar y disfrutar de la obra genial de Sor Juana y valorarla más, en cuanto fue escrito en un marco y en contexto en el cual estuvo a punto de no ser.
Educación religiosa en decadencia
Esto puede representar un problema. Pensar que la cuestión de las competencias está únicamente relacionada con actitudes y aptitudes relacionadas con el mundo del dinero y el poder, deja a los involucrados en este asunto muy desvalidos espiritualmente. Al menos la educación religiosa trataba de no descuidar este lado de la formación integral, pues trataba de promover valores más humanistas o humanitarios.
Pero también es cierto que no es solamente el discurso eclesiástico el que va a la baja. También es la organización de estas instituciones, prácticamente arcaica, hecha a partir de convenciones institucionales, la que ya no funciona. Por ejemplo, suponer que el alumno es el sujeto a punto de entrar en la iluminación, dejándolo hasta abajo de los organigramas institucionales, es un error. También, esperar a que el docente sea un empleado más dentro de una red compleja, también es un modelo que no aplica más.
Y claro, aunados a estos desórdenes se suma la falta de interés de la sociedad por continuar en estos esquemas tan tradiconales y vistos, hasta cierto punto, como "snobs" por algunos sectores de la población.
No obstante quedan varios institutos y universidades que están logrando superar los paradigmas educativos tradicionales sin dejar de lado la promoción de valores integradores y humanistas. Ojalá que gran parte de los colegios de Puebla, de esos que se mantienen vivos gracias a su antiguo prestigio, o a sus "arraigadas tradiciones", logren superar sus modelos cuasimedievales de educación tradicional.
miércoles, 12 de agosto de 2009
La Representación del Mal: del mito al arte
Para muchas personas en occidente, en especial aquellos que tengan algún referente ligado a la religión, por ejemplo, la católica, la imagen con la que se representa al demonio es sumamente conocida, pues forma parte de un imaginario que desde hace muchos siglos se ha ido conformando. En algunos casos es largo el camino que una imagen tiene que recorrer para llegar a ser tal y como la conocemos En ese camino, una de las etapas más importantes de la formación de la imagen del demonio es el periodo correspondiente a la transición entre el estilo románico medieval al gótico, donde la imagen del demonio se configura casi por completo hasta ser la que conocemos hoy en día. La configuración de esta imagen es medieval y pasó a la época colonial prácticamente intacta.
El Dragón es una de las figuras que se utiliza con más frecuencia para representar al demonio en una obra pictórica de tema religioso durante la época de la Colonia. Tomaremos como corpus obras que se encuentran dentro de templos católicos en la ciudad de Puebla en la zona centro y sus alrededores más cercanos como son los barrios más antiguos de la ciudad que datan de los siglos XVI, XVII y XVIII. Lo vemos aparecer en obras que tienen el siguiente tema:
La Virgen del Apocalipsis
La Inmaculada Concepción
San Miguel derrotando al demonio
San Ignacio de Loyola auyentando al demonio
Durante la Edad Media es común verlo a los pies de San Jorge, sin embargo, esta imagen parece ser poco recurrente durante la Colonia en México, más específicamente, en Puebla. Es más común verlo a los pies de San Miguel pues San Miguel y la Virgen son los patronos de la ciudad.
Aunque la imagen se configura prácticamente en su mayoría durante el periodo medieval, ya desde la antigüedad encontramos fuentes importantes que nos ayudarán para saber de dónde viene la imagen que ahora le pertenece al imaginario, no sólo cristiano, sino occidental.
Entre las principales fuentes están las de antiguas tradiciones que pasaron al imaginario judeocristiano, y que veremos a continuación.
La fuente babilónica
La fuente judía (Antiguo Testamento y mitos de diversas fuentes)
Influencias de extremo oriente (China)
El Apocalipsis Bíblico
La principal fuente de donde se extrae el dragón es, por supuesto, la Biblia. Le vemos aparecer por primera vez en Ap 12,3: “Apareció en el cielo otra señal y vi un gran dragón de color de fuego, que tenía siete cabezas y diez cuernos y sobre las cabezas siete coronas”.
Luego, pelea contra Miguel y sus ángeles en Ap 12, 7.8 y es arrojado del cielo en Ap 9:
“Hubo una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles peleaban con el dragón, / y peleó el dragón y sus ángeles, y no pudieron triunfar ni fue hallado su lugar en el cielo. /Fue arrojado el dragón grande, la antigua serpiente, llamada Diablo y Satanás, que extravía a toda la redondez de la tierra, y sus ángeles fueron precipitados”
Más adelante, en Ap 12, 13 se dice que el diablo ha bajado a la tierra.
“Por eso, regocijaos, cielos y todos los que moráis en ellos, ¡Ay de la tierra y de la mar!, porque descendió el diablo a vosotras animado de gran furor, por cuanto sabe que le queda poco tiempo”
Según los autores que realizan la interpretación de la edición que revisamos, este capítulo nos habla del momento en que “la Iglesia da a luz al Mesías en medio de las grandes pruebas y ansias con que suspiraba tantos siglos por su venida”. Para dichos intérpretes, “el dragón es el enemigo de Dios y de su Verbo. (…), aparece en el cielo meteorológico, donde puede ser visto por todos. Su color es rojizo, de sangre, porque es homicida desde el principio (Jn 8, 44). Las siete cabezas y los diez cuernos, derivados de la bestia de Dan 7,7, indican su poder y resistencia. Con la cola arrastra en pos de sí una buena parte de los espíritus celestiales.”
Además “la región propia del diablo es el cielo atmosférico, donde, además, la batalla puede ser contemplada desde la tierra por el profeta. Miguel es en Dan 10, 13.21; 12, 1, el arcángel, el jefe de los ejércitos celestiales y el protector del pueblo de Dios; por eso figura aquí como generalísimo en esta batalla contra Satanás”.[1]
Sin embargo, no tenemos aún delineados los contornos de la figura que veremos aparecer en numerosas representaciones, pues de su aspecto físico sólo sabemos es color sangre y que es “el dragón grande, la antigua serpiente”, que tiene “siete cabezas y diez cuernos, y sobre las cabezas, siete coronas”, y una gran cola, con la que arrastra a la tercera parte de “los astros del cielo” o espíritus celestiales.
Los primeros contornos del dragón son los de la serpiente que tienta a Adán y Eva en el génesis.
Pero la serpiente, la más astuta de cuantas bestias del campo hiciera Yavé Dios, dijo a la mujer: “¿Con que os ha mandado Dios que no comáis de los árboles todos del paraíso?” (Gen 3, 1)
Más adelante, Yavhé Dios maldice a la serpiente por haber tentado a Eva:
Dijo luego Yavhe dios a la Serpiente: ‘Por haber hecho esto, Maldita serás entre todos los ganados y entre todas las bestias del campo. Te arrastrarás sobre tu pecho y comerás el polvo todo el tiempo de tu vida. (Gen 3, 14) Pongo perpetua enemistad entre ti y la mujer y entre tu linaje y el suyo; Este te aplastará la cabeza, y tú le acecharás el calcañal (Gen 3,15)
La maldición expresa el horror que siente el hombre frente a la serpiente y el arrastrarse ésta sobre su pecho le es natural, sin embargo es señal de su abatimiento y humillación.
Recordemos cómo en el Apocalipsis a Satanás, el Diablo, se le conoce como “el gran dragón, la antigua serpiente”.
Pese al sentido metafórico de estas palabras, la persona que tenía el encargo de reproducir la imagen de dragón en una pintura, una escultura o un relieve debía ajustarse lo más posible a esta descripción para poder representar la imagen satisfactoriamente y de una forma que fuera accesible al espectador.
Sin embargo, sabemos ahora que la Biblia es depositaria de diversas influencias mucho más antiguas.
Durante muchos siglos los teólogos judíos y cristianos coincidieron en que los relatos sobre el origen del mundo ofrecidos en el Génesis no sólo estaban inspirados por Dios, sino que además no debían nada a otras escrituras. Esta opinión extrema ha sido actualmente abandonada por todos salvo por los fundamentalistas.[2]
Así que acudiremos a fuentes de mayor antigüedad que nos puedan proporcionar pistas
La más antigua son los textos acadios, provenientes de Babilonia y Asiria.
Desde 1876 se han desenterrado y publicado varias versiones del Poema de la Creación acadio (es decir, babilonio y asirio). La más extensa de ellas, conocida como Enuma Elish; por sus dos palabras iniciales –que significan ‘cuando en lo alto’- se supone que fue escrita en la primera parte del segundo milenio a. C.[3]
Encontramos en este poema, por primera vez, alusión a unas figuras para las cuales, la traducción que se ha hecho de los antiguos textos acadios ha encontrado el nombre dragones:
La versión más extensa del Poema de la creación comienza diciendo: “cuando en lo alto del cielo aún no había sido nombrado”, Apsu el Procreador y la Madre Tiamat se mezclaron y parieron una prole de monstruos parecidos a dragones.[4]
Aunque no se nos dice nada más de su aspecto, sabemos muy bien que los seres procreados por Tiamat son monstruosos y temibles. La tradición hebrea retoma a estos monstruos para sus propios mitos si recordamos que los hebreos vivieron en Babilonia alrededor del 597 a. C, en tiempos de Nabucodonosor.
Estos mitos babilonios sobreviven al tiempo por que sus sacerdotes se encargan de mantenerlos con vida durante cientos de años. Beroso, sacerdote de Bel en Babilonia, nacido en el siglo IV a. C., hace un resumen con los mitos de la creación, los cuales contienen mucha semejanza con la versión más larga ya citada. Se sabe que el primer relato del Génesis hebreo es compuesto en Jerusalén poco después del regreso del exilio babilónico. Así que para cuando se escribe el Apocalipsis, entre los años 96 y 98 de la Era Cristiana, las imágenes tomadas de la antigüedad babilónica ya tienen arraigo en la tradición hebrea.
La forma literaria la bebió el profeta en el Antiguo Testamento. A éste, y más aún a sus partes apocalípticas, debe acudir el estudioso lector para entender el sentido material de tantas imágenes y figuras, y penetrar luego el sentido íntimo que el profeta les atribuye. (…) Que algunas de estas imágenes puedan tener un origen más antiguo y acaso pagano es cosa que no cambia en nada su sentido.[5]
Posteriormente, durante la Edad Media, la tradición de los textos hebráicos fue creciendo gracias a los múltiples estudios cabalísticos y a la necesidad de los rabinos de explicar sus textos sagrados como una afirmación de su fe y de su raza.
Durante la Edad Media se siguieron haciendo caprichosas ampliaciones rabínicas de los relatos del Génesis; se trataba de respuestas a preguntas realizadas por estudiantes inteligentes, por ejemplo: ‘¿Cómo fue iluminada el Arca?, ¿Cómo se alimentaba a los animales?, ¿Había un fénix a bordo?’ [6]
Además, los conocimientos y tradiciones hebreas nunca se han perdido, al contrario, se fueron enriqueciendo con el tiempo.
Los documentos sagrados posteriores a la Biblia abundan. Durante los mil años transcurridos tras la primera sanción de la Biblia como obra canónica, los judíos de Europa, Asia y África escribieron de manera prolífica. Esos escritos eran ora intentos por explicar la ley mosáica, ora comentarios históricos, moralistas, anecdóticos y homiléticos sobre pasajes bíblicos. En ambos casos, los autores incluyeron abundante material mítico, pues el mito siempre ha servido para validar, de modo claro y conciso, leyes enigmáticas, ritos y costumbres sociales.[7]
Así que durante la Edad Media los mitos sobre monstruos y dragones sobrevivieron y se arraigaron en la imaginación de la gente. De hecho, muchas imágenes de bestias fantásticas pasaron a formar parte de numerosos bestiarios y más aún, del simbolismo de la alquimia.
La figura de la serpiente o dragón es el primer símbolo que encontramos, y representa la materia en su imperfecto estado, sin regenerar. [8]
El dragón representaba, para los alquimistas medievales, la naturaleza en su estado más salvaje, en bruto, sin trabajar.
Hay que matar al dragón, lo que significa que los metales que son el tema de la alquimia tienen que ser reducidos a una condición no metálica y hacerlos susceptibles de recibir un nuevo espíritu.[9]
Recordemos que la alquimia, en realidad, no se dedicaba sólo a buscar la forma de convertir plomo en oro, o a la búsqueda de la piedra filosofal. Era también, y más que nada, una búsqueda espiritual de la perfección, de controlar las fuerzas naturales e instintivas que habitan dentro del hombre, controlar su materia, con el fin de alcanzar una renovación des espíritu y la mente. El dragón no es sólo un mineral en bruto, es también el instinto, lo salvaje, lo corpóreo, lo que domina al hombre, lo que hay que domar.
Y así, llegamos al momento en el cual la imagen del dragón tal y como aparece en obras medievales y coloniales termina de ser configurada. Es el momento entre los periodos que la historia del arte conoce como románico y el gótico. Para eso, me remitiré al estudio que sobre alas de murciélago realiza Baltrusaits en su libro La Edad Media Fantástica.
Durante mucho tiempo, la imagen del diablo ha estado marcada por una contradicción: máscara de animal que ríe sarcásticamente, tronco consumido de habitante del imperio de la Muerte, patas velludas armadas de garras, pero también alas de pájaro, es decir, parecidas a las de los ángeles. El arte románico ha producido muchas veces estos demonios. […] Sólo cuando reciben alas de murciélago, su imagen se acomoda simultáneamente a las convenciones de la apariencia física y la concepción religiosa. Alas de pájaro nocturno con la membrana tensa sobre la osamenta en punta que no evocan el Paraíso, sino que desprenden la sombra de siniestras regiones.[10]
Así, tanto los demonios plasmados en escultura o pintura (relieves y miniaturas) de fin de la Edad Media como los dragones de la misma época presentan su imagen final, como será conocido durante mucho tiempo.
Podemos observar la misma evolución en el dragón, una de las encarnaciones del diablo. En el arte románico, se trata de una serpiente sin alas ni patas o de un pájaro con cola de lagarto. En el arte gótico, tiene alas membranosas. […] El dragón gótico tendrá también una creta, hecha con un tejido tendido sobre espinas que se despliega al mismo tiempo que las alas y tiene forma dentada.[11]
Pero esto no basta para saber de dónde vienen estas alas y la cresta que completan la figura del dragón-demonio. Baltrusaits nos da una pista:
El Extremo Oriente, tierra de dragones, se reconoce a sí mismo en cada uno de los repliegues de este animal. […] a partir de la época Han, (los dragones) tienen una cresta dorsal con espinas e incluso con dientes de sierra. y muchas veces son alados.[12]
A continuación, el autor cita varias fuentes e ilustraciones donde estas figuras aparecen tal y como él las describe, y nos habla de representaciones de dioses de los truenos y señores de los infiernos.
Es precisamente durante el imperio de los Han (200 a. C – 220 d. C) que la ruta de la Seda inicia su recorrido llevando con ella durante muchos siglos tradiciones de uno y otro lado del mundo.
Así, al llegar al renacimiento, esta figura del dragón-demonio occidental ya está completa. Así, al ser llevada al nuevo mundo, lo único que le faltará para ser asimilada por los naturales de la Nueva España es su identificación con la antigua serpiente mexicana: Quetzalcóatl, la serpiente emplumada.
[1] Biblia, 1475
[2] Graves, Robert y Patai, Rápale; Los mitos hebreos. Alianza Editorial, 2003, p. 22
[3] Graves y Pathai; Los mitos hebreos; ibidem. p. 22
[4] Graves y Phatai; Los mitos hebreos; op. cit. p. 24
[5] Sagrada Biblia; Biblioteca de Autores Cristianos. p. 1461
[6] Graves y Pathai; Los mitos hebreos; op. cit. p. 18
[7] ibidem. p. 8
[8] Sherwood Taylor; Los alquimistas. Fundadores de la Química Moderna. FCE. México, 1957. p. 144
[10] Baltrusaits. P. 153
[11] op. cit. p. 156
[12] ibidem. p. 161
miércoles, 5 de agosto de 2009
Adoptar mascotas
Por fortuna, hay gente a la que sí le interesa. Esta es la gente que pertenece a protectoras de animales y recoge perros ygatos, los alimenta, baña, vacuna, cuida, esteriliza y finalmente los da en adopción.
Adopta un perro, nunca te arrepentirás si en verdad deseas hacerlo. La gente cree que los perros adoptados no se podrán acostumbrar a sus nuevos amos, que no podrán vivir en una casa o que serán muy bravos. Nada es más falso que esto. Los perros adoptados son muy adaptables. Sólo hay que pensar: si uno viviera en la calle, hambriento, sin bañarse y sin nadie que lo cuide a uno, y de repente le ofrecieran una casa, comida, baño regular, cuidados y amor, ¿quién lo rechazaría?. Igual los perros y los gatos adoptados.
Son animales muy agradecidos. Harán todo por acostumbrarse a vivir con sus nuevos amos, serán dóciles y se adaptarán con facilidad, siempre y cuando se les eduque y atienda con amor paciencia.
Además, tampoco es necesario adoptar un cachorro. Son muy bonitos, pero a veces un cachorrito trae más inconvenientes que un perro adulto, pues necesitan más cuidados y atención, ya que su sistema inmunitario no está bien formado aún. Así, adoptar un perro adulto no es ningún problema. Por ejemplo, este de aquí abajo era un callejero que ahora vive feliz en una casa, llegó cuando tenía dos años y medio y se adaptó muy bien, es muy feliz.
Por eso, adopta un perro. Visita las páginas de las protectoras. Tienen fotos de los perritos y gatitos que se dan en adopción. En cada estado hay una o varias y quizá, muy cerca de tí.