miércoles, 5 de agosto de 2009

Animales en tortura

La literatura y el cine ya se han encargado en varias ocasiones de poner a pensar al hombre qué pasaría si unos extraterrestres llegaran a la Tierra y sometieran o de plano destruyeran la raza humana. Hay varias versiones, desde las de Lovecraft y H.G. Wells, hasta Día de la Independencia, con Will Smith, o los Transformers. En fin, la cuestión es que siempre hay posibilidades de que el hombre se defienda de esas especies destructivas que haciendo lujo de crueldad pretenden apropiarse de un entorno que no les pertenece.

Pero parece que las personas nunca se ponen a pensar en que el ser humano actúa de la misma manera todo el tiempo. Cada vez que se habla de la destrucción de una selva o un bosque, se destruye un hábitat, se erradica y se elimina una especie animal y esto sin la mínima oportunidad de que esas especies se defiendan. Ya hay miles de especies animales que han desparecido o están a punto de hacerlo. Algunas gracias a la selección natural, según dicen unos. Pero otras, indiscutiblemente no habrían desaparecido de no haberse inmiscuido el hombre.

Sin embargo, esta cuestión es más bien atribuible a la irresponsabilidad de la que todos somos culpables al ocupar, destruir o descuidar imprudentemente espacios donde otras especies animales tenían su lugar. A veces por ignorancia, otras por ambición, otras por simple descuido, las veces que el hombre ha irrumpido en la naturaleza, dañando o matando animales, cada vez son más.

Ninguna de estas causas son justificables y todas son muy reprobables. Pero peor todavía es cuando el daño no solamente es involuntario o por culpa de la incapacidad para buscar alternativas ambientales. Lo peor y más reprobable es cuando el daño a una especie se hace de manera voluntaria, con toda la alevosía y claro, la ventaja de ser una especie, no solamente más inteligente, sino también más maliciosa que las demás. En particular, los seres que más a menudo suelen padecer la crueldad humana son precisamente los que tienen que convivir con el hombre más de cerca. Por ejemplo, los perros, los gatos, varias especies de aves domésticas, de roedores, reptiles y otros mamíferos.

Antes de dar un paso más, es necesario decir que, claro que hay especies cuya convivencia con el hombre es muy difícil o completamente imposible. Así, las ratas de las alcantarillas, especies venenosas de insectos y arácnidos como los alacranes, o reptiles también venenosos como algunos tipos de ofidios, no pueden estar cerca de las personas por obvias razones. Pero a fin de cuentas, todos estos animales tienen su propia manera de defenderse y en última instancia, si son separados o alejados del hombre, es prácticamente por protección de los dos, animales y personas. Sin embargo, aquellos que son llamados animales domésticos han pasado, con los siglos y de la mano del hombre, a ser objetos de consumo o de ornato, tan desechables como cualquier producto del supermercado.

Esto es lo que para muchas personas significa tener un perro o un gato. Mientras el animal es novedad en casa, todos en la familia se encuentran felices con él. Pero tener una mascota significa, o debería significar asumir una responsabilidad, al igual que lo es el tener un hijo o un familiar de quien hay que encargarse. Por lo tanto, en cuanto el tener que alimentar, bañar, limpiar, pasear, curar o brindar cuidados en general para el animal se vuelve una carga, muchos no dudan en ir a dejar el perro o el gato a un albergue, en el mejor de los casos, o al antirrábico para que lo duerma, en el peor de los casos, o simplemente, echarlo a la calle.

Así, ¿qué clase de actitud se puede esperar de una sociedad así? Pues una que no duda en asistir alegremente a ver corridas de toros y peleas de perros o de gallos. O que golpea, maltrata, deja sin comer o beber a la mascota, o adentro de un coche bajo pleno sol. Es un contexto cultural que adormece su propia miseria en el dolor de otros seres que, por no ser de la misma especie que ellos, se supone que no deberían sentir nada, ni siquiera el dolor o el miedo.

Y ¿qué se tiene y se debe hacer al respecto? Varias cosas. Primero, recordar que el hombre debe su subsistencia en el mundo a gran cantidad de especies de animales y plantas, no solamente en términos de obtención de recursos materiales como comida o vestido, sino también en la cuestión espiritual. Es decir, no se trata de lo que tal o cual religión dicten u ordenen con respecto a la convivencia con la naturaleza y las especies que habitan el mundo junto al hombre. Se trata más bien de recordar que los animales en el mundo son el motor de éste, y son además la compañía del hombre. El ser humano ha demostrado que no le es fácil convivir con su propia especie. Debería entonces buscar refugio de los suyos en las demás.

Después, hay que trabajar para que todos aquellos que no han entendido que absolutamente toda la naturaleza y sus especies merecen respeto, lo entiendan. Para que los niños y los jóvenes aprendan a amar, cuidar y respetar a los animales. Y para que los adultos aprendan, aunque sea un poco tarde, también a hacerlo. Pues en caso de que una especie nueva llegara de otro planeta, no tengamos que sufrir el maltrato de mascotas que hemos hecho sufrir a otros.

Además, en el caso de los animales domésticos como los perros y los gatos, se puede fomentar también, junto con la cultura del respeto, la de la esterilización y la de la adopción. Esterilizar un perro o un gato significa que no habrá crías que algún día puedan ser abandonadas, que tengan que vagar por la calle enfermos o portando enfermedades. Y por otra parte, adoptar una mascota representa el no tener que gastar, en ocasiones, mucho más de quinientos o mil pesos en la compra de una y tener a cambio la satisfacción de haber rescatado a un perrito o un gatito.

Así, es urgente poner atención a estos asuntos. Ningún grupo de personas es capaz de respetarse entre sí si antes no respeta a todo el entorno que le rodea.

1 comentario:

  1. yo siempre he considerado la analogía propuesta sobre los extraterrestres. fuera de la visión presentada en hollywood (a excepción de "sector 9"), esto es algo en verdad aterrador. habría que considerar que "en el mejor de los casos" (en el que efectivamente podamos defendernos), va a ser a costa de la destrucción casi total de nuestro propio planeta. cosa que sigue sin preocupar a la gente.
    por otro lado, creo que mucho tienen que ver las enseñanzas judeocristianas con el maltrato animal, o por lo menos es la patética defensa que he recibido por parte de las personas a las que se los he planteado: "Dios hizo al animal para que éste sirva al hombre", "en el génesis Dios puso al hombre por encima de todos los animales"... -_-

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