jueves, 14 de enero de 2010

¡Nicté! ¿Y la paciencia del público?

Acabo de ver Nicté, el filme producido en la ciudad de Puebla, México, hecha con tecnología local, con el doblaje de actores muy reconocidos y producción en la que están involucrados el Gobierno del Estado, Secretaría de Cultura y otros, incluso particulares.
Para empezar, esta película trata acerca de las aventuras de una niña que sueña con ser princesa, pero en realidad, es hija adoptiva de unos humildes habitantes de una población, al parecer, olmeca. Según le narran los mismos padres de Nicté, ella fue encontrada, junto con otros niños, sola y desamparada después de un desastre naturall y no tuvieron corazón para dejarla sola ni a ella ni a los demás pequeños. Inmediatamente desspués de que los padres adoptivos de Nicté le dicen esto, ella les recrimina que tengan tantos hijos, se niega a ayudarlos con las tareas del hogar y con el cuidado de sus hermanitos, y se interna en la selva para estar sola.
Entonces, al llegar a la selva, cae por accidente en un hoyo, en el cual, puede ver, tallada en las paredes, una profecía acerca de una princesa que caerá del cielo, cuando un cometa pase por la tierra. Casualmente, un cometa pasará sobre la aldea de Nicté esa misma tarde, así que ella decide hacerse pasar por esa princesa, haciendo que un amiguito suyo le dibuje en la frente las marcas del jaguar que, según la profecía, la harán reconocible como la esperada princesa celestial.
Y en efecto, Nicté se lanza desde una catapulta improvisada y cae a mitad de la ceremonia que estaba recibiendo el paso del cometa. Con recelos, los sacerdotes Can y Cun, la instalan en el templo. Su padre la va a buscar, pero ella niega conocerlo.
Al otro día se haber iniciado su nueva vida como princesa, los sacerdotes le revelan a Nicté que, como elegida, tiene que cumplir una importantes misión: salvar a su pueblo de una invasión de langostas que asolan todo a su paso. Para esto, tiene que encontrar una flor sagrada, con la cual derrotará al pe3ligro que acecha a la población.
En su camino, Nicté se encuentra con un chaneque que se ha autoimpuesto una misión similar a la de Nicté: encontrar una ramita de "tenmeacá". El pequeño duende no entiende que este sólo es un coloquialismo que le indica que debe mantenerse lejos y ocupado de quien lo enviado a la búsqueda. Nicté intenta explicarle, pero no con mucho interés, así que el chaneque queda ignorante de esta cuestión.
Tras varias dificultades, incluidas una serie de traiciones y pactos malévolos entre hombres y dioses, Nicté por fín consigue la flor sagrada, pero descubre, al volver a su pueblo, que la flor en realidad es ela misma, que el largo viaje le ha servido para madurar y volverse humilde y sabia, y por lo tanto, se confirma como la digna fundadora y dirigente de cinco naciones que nacerán a partir de su pueblo y su familia. Esto se le revela a ella y a los que le rodean cuando los verdaderos padres de Nicté, los dioses del sol y de la luna, aparecen para terminar con la tragedia y premiar a todos los implicados en la travesía de la niña.
Esta bella historia, producida y elaborada por mexicanos, no ha tenido, al parecer, la aclamación y el seguimiento que merece, no solamente por ser una producción nacional, sino por que sí tiene buena calidad, el trabajo de doblaje es esmerado, la trama y el mensaje arrojados por la cinta son apropiados para toda la población y todas las edades y, pese a no tener la calidad de producción de los filmes producidos en Hollywood, por ejemplo, por Pixar, el esfuerzo de edición y el trabajo de realización son buenos.
Pero al parecer, las personas no le tienen suficiente paciencia al cine mexicano, el cual, por carecer de los exagerados presupuestos de la industria fílmica hollywoodense, debe optar más por usar buenos guiones y no buenos efectos. Esto ocasiona que la velocidad de las acciones en las películas mexicanas no transcurra tan rápidamente como en las norteamericanas. Los efectos y la edición no son tan atractivos, pero los mensajes y la historia suplen esta deficiencia, que en realidad, no debía ser precisamente tal. Más bien, habría que verlos como una cuestión de estilo cinematográfico.
Y por más que se ha pedido a la gente que apoye al cine mexicano yendo al cine a ver Nicté, las personas se han volcado a ver Avatar, que con la simple mención de su presupuesto elevadísimo, ha logrado captar la atención del público.
Esta situación puede reflejar, por sí misma, una situación que dentro de las aulas de clase se puede observar con más detenimiento: la atención de las personas cada vez puede fijarse menos y con menor calidad. Es decir, las personas son incapaces de poner atención durante un tiempo relativamente largo o la atención que ponen es deficiente. Necesitan constantes estímulos de su entorno para poder seguir atentos a algo, y en realidad, ese algo no es ya el mismo.
Por ejemplo, una película. Las películas hollywoodenses se caracterizan por presentar generalmente, a cada momento, colores impactantes, movimientos veloces, cambios de acción dramáticos, poco diálogo y no profundo, más bien, un tanto superficial, es decir, mientras el diálogo sirva a los fines de dar cierto seguimiento y cohesión a las acciones, es suficiente. Así, ver la misma película durante dos o tres horas, no es ver ls mismas acciones, dramas, colores, efectos y actuaciones durante este tiempo.
Cuando hablo de velocidad en la trama, en las acciones y los efectos de las películas, pienso en filmes exitosos como la saga de Harry Potter, Los Transformers, El Señor de los Anillos, que, pese a ser a veces muy largas, no transcurren en linealidad. Nicté tampoco,pero en esta hace falta que el público haga inferencias, que recuerde detalles, que utilice información almacenada (o que se espera, esté almacenada en la memoria del espectador), que siga una trama detallada sin la cual, la película no es nada. Es diferente en cambio en los éxitos de Hollywood que acabo de mencionar. No importa realmente la trama, los efectos lo compensan todo. De hecho, el objetivo que quieen alcanzar los protagonistas queda definido al inicio de la cinta y se persigue sin variaciones ni cambios a lo largo de toda la duración de ésta.
Entonces, ¿donde queda la paciencia y el interés del público? Al parecer, cada vez son menos y habrá que reservar los de aquellos que aún los poseen para el llamado cine de arte, porque para el cine comercial, ya está visto que definitivamente no es posible hacer alusión a ambas cualidades.

1 comentario:

  1. además de esto, lo más deprimente es que (desde mi punto de vista) la cultura prehispánica tiene gran potencial como fuente de historias tan fantásticas como los cuentos ingleses de magia y hechiceros, las épicas historias de la antigua grecia o la apreciación estética de la mitología nipona.

    evidentemente, parecen inútiles los esfuerzos de la proudcción que se interesa por rescatar la tradición oral de nuestra tierra ya que el mensaje no está llegando a un público ávido de entretenimiento superficial.

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