lunes, 4 de enero de 2010

Comercio de animales: sin respeto por la vida

En el ámbito de la ecología y la conservación, mucho se habla de aquellos que cazan animales de forma indiscriminada por deporte o para venderlos a personas que no cuentan con la licencia ni los recursos suficientes para darle al animal la vida que necesita y merece. Es claro que estas prácticas son muy reprobables, sin embargo, se siguen llevando a cabo de manera ilegal y desde el mercado negro.
Sin embargo, de manera legal, aunque no legítima, a la vista de todos, se comercia y lucra con la vida de algunos animales domésticos. Me refiero a la compraventa de mascotas, específicamente, de perros. En la ciudad de Puebla, en México, en la zona centro, es decir, en el mismo corazón de ésta, se venden perros de una manera que recuerda la crueldad con la que los seres humanos pueden llegar a ser tratados también, vendidos como esclavos.
Cada fin de semana, el domingo, en el barrio de Analco, ubicado a sólo unas cuadras del zócalo de la ciudad, se pone un mercado que siempre está revestido de mucho colorido, pues en él se pueden hallar artesanías, productos de imitación, manualidades, plantas, ropa, comida y muchos otros artículos con los que la gente comercia para ayudarse en sus ingresos. Pese a que actualmente la dirigencia y administración del mercado están muy politizados, el mercado sigue siendo una buena idea y un espacio familiar muy atractivo para la gente de Puebla. Sin embargo, en algún momento, la gente cuyos perros tenían camada decidieron ofrecerlos a la venta en este mismko lugar. Esta ya no fue una buena idea.
Al principo, la gente llevaba sus jaulas o cajas con los perritos y se ubicaba en una sección de jardín de Analco, en la tierra y el pasto, con el evidente riesgo de que los animales, cachorros aún, contrajeran enfermedades y parásitos. Con el tiempo, dejaron de ser solamente personas ocasionales las que asistían al parque a vender sus perritos. Empezaron a llegar "pseudocriadores" con la oferta de cachorros hijos de "campeones" o perros de raza, los cuales, se notaba que de raza sólo les quedaba el nombre.
Pero el principal problema llegó cuando los comentarios por cachorrros muertos o enferemos a los pocos días de haberse adquirido en este lugar comenzaron a circular entre la gente de la ciudad. Al no haber un control legítimo de la venta de estos animales, no había garantía de que no estuvieran enfermos al momento de ser vendidos. Esto ocasionaba que, si bien era un poco más barato y variado comprar perros en esta zona, resultaba también un juego de azar.
Luego, los vendedores de perros y artículos para mascotas fueron trasladados a un camellón a un lado del mercado. Aquí se vió más orden, pero no más higiene. Por último, ahora se encuentran en una casa, tipo vecindad, ubicada junto al camellón mencionado.
Y entonces, hacinados en un espacio miserable, en condiciones húmedas, insalubres, irresponsables e inhumanas, es como ahora se venden decenas de perritos cada semana en el barrio de Analco. El lugar es un pasillo angosto, sucio y húmedo. Pero, además de las condiciones en las que se comercia con estos animales, está el problema de cómo los trata la gente que los lleva a vender. Algunas personas ni siquiera se toman la molestia de llevar un plato con comida y agua para los animales. Les dan de beber y de comer en el suelo, o de plano ni siquiera les dan nada. Los exhiben como si fueran calcetines o juguetes y los ofrecen para cargar a cualquiera, con el riesgo de que los animales se enfermen. La gente no entiende que los cachorros son bebés que, igual que un bebé humano, carece de un sistema inmunológico eficaz, no es como el de un adulto. Por lo tanto, no pueden estar en contacto con la tierra, la gente, el piso y un ambiente insalubre porque se enferman.
Pero la culpa no está en los vendedores de mascotas, como siempre, la culpa la tiene la gente que va a comprar a los animales y promueve, de esta manera, el trato inhumano a estos seres. Pues, luego de vender perros, la gente se indigna cuando escucha hablar en las noticias de la trata de personas. Pero en el fondo, son la misma cosa. Hacinar seres vivos y maltratarlos sin agua o comida, o con agua y comida de pésima calidad, para luego, venderlos como juguetes, como objetos.
Por eso, se debe promover la adopción de mascotas y el trato digno a los animales, para que entonces, se trabaje también en pro del trato digno a las personas y a todos los seres vivos en general. Y como siempre, el problema es la educación o la falta de ella. Y como siempre también, sólo en países como México pasan estas cosas. Nuestros problemas son más grandes de lo que parecen.

2 comentarios:

  1. yo odio las tiendas de mascotas. no soporto ver a los animales (a los mamiferos principalmente) enjaulados.

    los peces pertenecen al rio, al lago, ¡al mar! ¿qué hacen en una sucia pecera de metro x metro (si bien les va)? los pájaros tienen TODO el cielo y las incalcanzables copas de los árboles, ¿por qué los encierran en jaulas dónde ya jamás podrán volar? y por último los perros, los conejos, todo ser peludo... ¿ni siquiera por ellos podemos sentir empatía?

    yo ya no entro a las tiendas de mascotas, son deprimentes, sin importar que tan limpia y en buenas condiciones esté o que entretengan a los niños y los "enseñen a conocer la naturaleza", me pongo a pensar y se lo digo a todas las personas constantemente: "imagínate que llegara una raza superior y nos sometiera y entonces algunos de nosotros nos conviertiéramos en mascotas. a mi no me gustaría que alguién me comprara y me encerrara en una jaula, para que cuando sus amigos de especie superior vinieran dijeran : "¡ah mira qué bonita humanita!" mientras golpean en el cristal o en las barras de la jaula para que yo haga alguna tontería graciosa".

    cuándo digo esto lo digo con la intención de que (por lo menos) el receptor se tome un instante para reflexionarlo, pero este comentario es invariablmente recibido con risas de incredulidad, gestos condecendientes, y la eterna cantaleta de que el hombre es un ser superior y todos los animales deben servirle.

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  2. Muchísimas gracias por tu comentario. La gente cree que eso de que otra raza nos domine nunca podría pasar. Y quizás sea cierto. Pero seguir maltratando a los seres a los que deberíamos proteger no está justificado por ninguna razón.

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