sábado, 4 de mayo de 2013

La obsolescencia en Muerte de un viajante

Death of a Salesman es la obra de Arthur Miller, una de las más famosas, donde se hace una interesante crítica al sistema capitalista que, aunque se refiere a su momento, los años cuarenta en Estados Unidos, sigue siendo vigente debido a que las condiciones a las que el autor hace referencia no han cambiado. Una de las cuestiones más notorias de la obra es la referencia a la obsolescencia programada que hace Willy cuando afirma que por una vez en la vida desearía que al terminar de pagar algo, ese objeto siguiera funcionando. Y se refiere a su automóvil y a su refrigerador, los cuales, en efecto, apenas han terminado de ser pagados y ya se han descompuesto.

Esto no es solamente una referencia a la vida miserable que Willy vive. Es una crítica al sistema capitalista donde las cosas se planean para fallar. La obsolescencia trae muchos males: el consumo ilimitado de recursos limitados, la polución derivada, los deshechos contaminantes, el gasto ilimitado, la dependencia del individuo por objetos que en realidad no necesita... En pocas palabras, se trata de la caída en desuso de las cosas para verse en la obligación de cambiarlas por algo nuevo. Pero eso no es todo, es decir, no son solamente los objetos los que suelen ser cambiados.

En una sociedad que está acostumbrada a consumir y comprar, usar y tirar, los objetos no son los únicos que se vuelven desechables. Desgraciadamente, otras cosas que debieran ser más permanentes e inmutables son también intercambiables. Las personas, por ejemplo. La sociedad de la segunda mitad del siglo XX y del XXI no espera que las personas estén permanentemente en la vida de la gente. Es normal que algunas personas vengan y otras vayan a lo largo de la vida de una persona, pero incluso la búsqueda de una pareja se ha vuelto víctima de cierta obsolescencia. Ahí está por ejemplo, un programa muy popular de televisión como Sex and The City, donde las protagonistas viven una vida libre donde cada episodio significa una pareja nueva. Algún defecto deben tener todas los que desfilan cada episodio por el programa pues nunca se quedan definitivamente. Todos y todas son, de cierta manera desechables.

Happy Loman es un ejemplo del sujeto presa de la obsolescencia. Joven, guapo, con cierta estabilidad económica (aunque no solvencia), no es capaz de encontrar una chica con la cual él se pueda quedar por más de una noche. Una sola cita es lo más que Happy es capaz de dar, y luego, sigue su camino, evidentemente vacío y cansado, pero para su desgracia, no conoce otra forma de hacer las cosas. Es inestable sentimentalmente y no sabe como salir de ese círculo. Es más, ni siquiera parece que le interesara imtentarlo. Las relaciones de Happy son totalmente obsolescentes.

Pero no es en las relaciones "amorosas" donde esta obsolescencia se vuelve peligrosa. Es más bien, en el ámbito laboral donde esta facilidad de cambio y reemplazo puede ser muy perjudicial socialmente. Willy no se da cuenta, pero como es ya un vendedor viejo, no rinde lo que antes. Apenas y puede manejar por la carretera sin la idea en la cabeza de accidentarse a propósito para cobrar dinero del seguro. Y cuando intenta conseguir un aumento, un espacio dentro de la oficina para no tener que viajar más, su jefe se lo explica: esto es un negocio. Y Willy ya no deja nada a ese negocio. Es despedido. Willy es obsolescente.

Y si las personas son desechables y renovables en un puesto de trabajo, los trabajos también se pueden renovar, es decir, una persona podría decidir ser inestable y cambiar de trabajo a cada oportunidad, que es lo que le pasa a Biff. Ha cambiado de trabajo tantas veces... pero no precisamente por su propia decisión. Esa inestabilidad suya, provocada por el crecimiento en un ambiente falto de valores, lo ha condenado al fracaso laboral. A darse cuenta de que quisiera estar trabajando en una granja, al aire libre, pero como eso no va con las expectativas de él esperadas, incluso por él mismo, renuncia y renuncia una y otra vez. Además, ha sido echado de sus trabajos, incluso ha ido a la cárcel, porque tiene tendencia a robar.

Entonces, en una sociedad tan obsolescente, donde las cosas, las personas, los sentimientos, el trabajo y los valores son desechables e intercambiables, lo único extraño es que la sociedad siga permanentemente.